Bill Ackman se reconvierte al activismo ‘tranquilo’

Bill Ackman renuncia a las estrategias bajistas y optará por las herramientas de engagement tradicionales, en línea con los inversores ESG

El boom de la ESG está cambiando muchas cosas… incluso a los inversores activistas más polémicos de Wall Street. El último en reconvertirse ha sido Bill Ackman, muy polémico desde el Caso Herbalife, que ha anunciado que renuncia a las estrategias bajistas, que le hicieron famoso, y al activismo mediático qu

A partir de ahora, su firma Pershing Square, solo realizará estrategias de engagement ‘silencioso’ y a largo plazo; es decir alineadas con las que habitualmente llevan a cabo los inversores ESG.

Seguro que en Netflix, donde Pershing Square se ha convertido en uno de sus veinte principales accionistas, está ahora mucho más tranquilo. Para Ackman, que según el mismo ya utilizaba las estrategias bajistas solo de forma circunstancial, es un paso importante.

El inversor estadounidense aprovechó la publicación de su carta anual a inversores para anunciar este cambio estratégico.

«A pesar de que nuestra participación en este tipo de estrategia ha sido limitada, ha generado gran atención de los medios de comunicación hacia Pershing Square», señala el inversor en declaraciones recogidas por Bloomberg. «Además de la masiva atención, estas inversiones inspiraron un libro y una película», añade.

«Afortunadamente para todos nosotros, y lo que es más importante para nuestra reputación como gestores de activos, nos hemos retirado permanente de esta línea de trabajo», concluía el inversor estadounidense.

Los inversores del grupo, de hecho ya habría percibido este cambio y, según Ackman, le habrían preguntado por su transformación hacia el activismo ‘tranquilo’, más allá de sus estrategias bajistas.

De hecho, la última campaña ‘sonora’ de Ackman se produjo hace cinco años, con el enfrentamiento con la firma de recursos humanos ADP.

El activista falló al intentar incluir sentar a varios consejeros -entre ellos a él mismo- en el órgano de gobierno de la compañía. No obtuvo el suficiente apoyo por parte del resto de inversores.

En 2019, dos años después de aquel episodio, Pershing Square perdió vendió su participación en ADP, pero previamente el inversor había acercado posturas con el consejero delegado de ADP, Carlos Rodríguez.

El caso de ADP se produjo en un momento en que la reputación de Ackman no se encontraba en su mejor momento, tras su operación en Valeant Pharmaceuticals. Su fondo perdió mucho dinero con la entrada en la farmacéutica, que se vio salpicada por la polémica de algunos de sus medicamentos.

El inversor reconoció en aquel momento que había cometido varios errores; entre ellos el de no saber vender a tiempo las acciones de Valeant, que todavía sufrió un castigo mayor cuando Ackman salió de su capital.

Los grandes sostienen a los pequeños

Con el cambio de Ackman, parece que el inversor se inclina más por adoptar ahora la estructura más pasiva de los grandes inversores que aplican estrategias ESG.

La temporada de juntas del año pasado fue un buen ejemplo de ello. El apoyo de los grandes inversores -que evitan las campañas de proxy- a los pequeños fue numerosa en iniciativas ligadas, por ejemplo, al medioambiente.

Uno de los casos más emblemáticos fue la entrada de Engine 1 en el consejo de Exxon gracias al apoyo de los grandes inversores institucionales. BlackRock, el mayor del mundo, por ejemplo, validó la incorporación de varios de los consejeros propuestos por esta firma, mucho más pequeña.

La estrategia le salió también, que Engine No. 1 ya planea poner en marcha iniciativas en otras muchas empresas, aprovechando que la normativa estadounidense lo permite. Su objetivo está en las compañías del S&P 500, por lo que podríamos ver nuevos movimientos de este tipo.

De hecho, otros grupos activistas ya lo están haciendo. Follow This acaba de proponer a la junta de accionistas de Occidental que fuerce a la compañía a presentar un plan climático. El consejo de Occidental lo rechaza.

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