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La empresa pública adelanta a la privada en transparencia climática

Un informe elaborado por CDP revela una relevante brecha entre el sector público y el privado a la hora de divulgar sus objetivos y datos climáticos

Las empresas públicas son más transparentes que las privadas en materia climática, según concluye un informe elaborado por CDP, uno de los mayores proveedores de ratings ambientales a nivel global que recoge información de más de 13.000 compañías con un valor bursátil de 2,3 billones de dólares.

El estudio ‘Closing the Public-Private Environmental Transparency Gap’ señala que solo un 1 por ciento de las empresas privadas encuestadas divulga su información climática frente al 64 por ciento de las públicas.

La brecha se amplía en función de la calidad de los datos climáticos, dejando al sector privado muy lejos del público en campos fundamentales para la ruta net zero como la divulgación de las emisiones contaminantes.

Scope 3, el lastre de las privadas

De las empresas públicas que ofrecen sus datos a CDP, un 88 por ciento divulga sus datos correspondientes a las emisiones Scope 1, aquellas generadas directamente por una compañía, y Scope 2, aquellas que se derivan de la compra de energía.

En el sector privado, algo más de la mitad de las compañías privadas no ofrece ninguna información sobre este tipo de emisiones.

La asignatura pendiente para el sector privado sigue estando en las denominadas emisiones Scope 3, aquellas que se generan en la cadena de valor de una empresa. Mientras que siete de cada diez empresas públicas informan de alguna de las categorías de datos recogidas en las Scope 3, la cifra no llega al 30 por ciento en sus pares privadas.

A la hora de establecer objetivos climáticos, que supone estipular un horizonte progresivo hacia la descarbonización económica, las diferencias se mueven en términos similares.

Del sector público, un 73 por ciento revisa sus planes de reducción de emisiones de forma activa, casi el doble que el 37 por ciento de las empresas del sector privado.

Las mayores empresas planifican mejor

Cuando se trata de planificación de objetivos, las empresas privadas con más músculo económico, aquellas con más de 100 millones de dólares en ingresos según el informe, son más eficaces en la mejora de los informes sobre cuestiones como sus recursos para ser menos contaminantes, su capacidad real y la importancia que de la cúpula de la compañía a combatir el cambio climático.

“Estamos viendo que los desafíos de los informes de emisiones se convierten en problemas mayores para las empresas privadas, a medida que llegará una mayor regulación y se intensificará la presión de los inversores”, explica Marc Lino, socio de Bain & Company, una gestora de capital que contribuye a la elaboración del informe.

“Con este cambiante escenario, los inversores están tomando en serio los riesgos ESG”, afirma.

Otro estudio publicado recientemente por Bain & Company señaló que un 93 por ciento de los inversores encuestados dijo que no participaría en alguna transacción comercial si ésta contemplase algún tipo de riesgo ESG.

Asimismo, y pese a la brecha con el sector público, las empresas privadas están mejorando sus prácticas.

Un 88 por ciento afirma haber designado a algún responsable de su estrategia climática, y siete de cada diez ha incluido que sus respectivos consejos tengan que supervisar obligatoriamente los planes. Se trata de una cuestión de interés por parte del mercado.

Cómo mejorar, según el IPCC

“Los inversores requieren que los datos sean constantes y consistentes, comparables y completos tanto en los mercados públicos como privados”, apunta la directora de mercados de capital de CDP, Pratigma Divgi.

Para que eso sea posible, la analista considera que las empresas privadas tienen que mostrar un mayor compromiso con los estándares de divulgación marcados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).

En su último informe anual, el organismo señala cuatro pasos clave que las empresas privadas de todo el mundo tendrán que afrontar tarde o temprano.

Por ejemplo, desarrollar una línea base de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para establecer un punto de partida que permita identificar de dónde proviene el mayor número de emisiones.

También establecer objetivos tanto a largo como a corto plazo, lo que otorgaría más “credibilidad”, según el IPCC, a los planes a desarrollar. De la misma forma, es importante el papel de la Gobernanza, esto es, que el consejo de una compañía se muestre involucrado con la ruta hacia la descarbonización.

“Siempre habrá actores del mercado que intenten escapar del escrutinio en torno a su huella ambiental, pero muchas empresas privadas están buscando las mejores y más económicas formas de medir y mitigar sus impactos ambientales”, explica Michael Galeski, analista de CDP y uno de los participantes en el informe.

“Los inversores están haciendo saber a las empresas privadas que ahora es el momento de comenzar a poner en marcha esas herramientas”, concluye.

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