Wall Street se prepara para rechazar propuestas ESG de los asesores de voto

Las grandes cotizadas norteamericanas recibirán infinidad de propuestas de los accionistas para mejorar sus indicadores ESG, pero existe mucha incertidumbre ante las posibilidades de que estas salgan adelante

Los grandes bancos de Wall Street se pertrechan para luchar contra propuestas ESG

Casi con toda seguridad, 2023 va a ser un año récord en cuanto a las propuestas que hagan los accionistas en materia de cuestiones ESG. Pero que muchas de estas propuestas vayan a adoptarse, es otra cosa.

Y es que se prevé que la intervención de los asesores de voto sea especialmente incisiva en lo que respecta a cuestiones ESG durante esta temporada de juntas de accionistas, acaparando cerca del 30 por ciento de todas las votaciones que se realizarán durante el año.

Una tesitura que se produce porque los inversores están pidiendo a las empresas que sean más transparentes en sus planes de eliminación gradual de los combustibles fósiles, y también que añadan objetivos concretos a corto plazo para reducir las emisiones.

En este escenario, grandes empresas norteamericanas, como FedEx o Lockheed Martin, además de un grupo de firmas financieras, como JPMorgan, Bank of America y Goldman Sachs, se encuentran entre las empresas en el punto de mira.

Las propuestas ESG de los asesores de voto se enfrentan a un posible retroceso

«La creciente presión de los accionistas significa que las empresas van a tener que actuar, les guste o no», afirmó Michael Passoff, director ejecutivo del asesor de voto, Proxy Impact, y fundador de Proxy Preview, que ofrece servicios de participación de los accionistas y voto por delegación.

«El número de resoluciones relacionadas con el clima que se han votado en los últimos tres años se ha más que triplicado, con un apoyo a las propuestas que ha subido a casi el 40 por ciento durante la última temporada, en comparación con el 29 por ciento de 2019″ añadió Passoff.

Algunas votaciones relacionadas con el clima que recibieron un respaldo mayoritario el año pasado tuvieron lugar en empresas como Boeing, Caterpillar, Chubb y Dollar Tree. El problema es que este año podría producirse un retroceso que estancara el progreso de los años anteriores.

«Hay un montón de propuestas ESG este año, pero la verdadera pregunta será cuánto apoyo obtienen de los mayores gestores de activos», señaló Rob Du Boff, estratega senior de ESG en Bloomberg Intelligence.

«Algunas de estas firmas ya han suavizado su lenguaje, lo que indica que pueden estar menos dispuestas a votar a favor de las propuestas», agregó.

Un miedo que se entiende por los mensajes que ya han ido dejando algunas compañías, en los que dejaron clara su oposición a muchas de las recomendaciones planteadas por algunos asesores de voto.

El caso de JP Morgan como ejemplo del frenazo en el compromiso ESG

JP Morgan, por ejemplo, es el mayor banco de Estados Unidos y uno de los mayores financiadores de las grandes petroleras, y es ilustrativo de cómo una gran parte de las empresas estadounidenses está respondiendo a las peticiones en el frente medioambiental.

El interventor de la ciudad de Nueva York, que actúa como fideicomisario de los enormes fondos de pensiones de la ciudad, quiere que JP Morgan, con sede en Nueva York, fije objetivos ambiciosos de reducción de gases de efecto invernadero para 2030, como parte de la atención que presta el banco a objetivos a más largo plazo.

En concreto, el interventor está presionando al banco para que reduzca sus préstamos y sus suscripciones a las industrias del petróleo, el gas y la generación de energía, que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero.

En este sentido, el banco se ha comprometido a reducir a cero sus emisiones netas para 2050, y se ha fijado el objetivo de reducir la «intensidad de las emisiones» de gases de efecto invernadero de los sectores del petróleo, el gas y la electricidad para 2030.

Sin embargo, según el interventor, el banco aún no tiene un objetivo claro y basado en datos científicos que apoyen su propuesta de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero científico para 2030.

«Un objetivo de reducción absoluta alineado con una trayectoria de emisiones netas cero basada en la ciencia es fundamental para que la empresa logre su compromiso neto cero y aborde más plenamente sus riesgos climáticos», señaló el contralor de Nueva York, añadiendo que el plan de reducción de emisiones de JP Morgan está por detrás de competidores como Citigroup o HSBC.

Ante estas afirmaciones del fondo neoyorquino, JP Morgan, dirigido por el presidente y consejero delegado Jamie Dimon, está recomendando a los accionistas que voten en contra de la propuesta, en parte porque la compañía asegura tener la intención de compartir más detalles este año, incluyendo «la divulgación de las emisiones financiadas absolutas en sectores clave de nuestra cartera de financiación.»

El banco también quiere que los accionistas se opongan a un llamamiento de la Fundación Sierra Club para «eliminar gradualmente» los préstamos y la suscripción de proyectos para empresas que se dediquen a la exploración y desarrollo de nuevos combustibles fósiles.

Un rechazo que el banco defiende argumentando que «una retirada abrupta de la financiación de nuevos proyectos de petróleo y gas natural no sería prudente, ya que aumentaría los riesgos asociados a la seguridad energética, sin optimizar necesariamente la reducción de las emisiones globales de carbono a largo plazo».

JP Morgan también se opone a una propuesta del proxy As You Sow, que pide al banco que emita «un plan de transición que describa cómo pretende alinear sus actividades de financiación con sus objetivos sectoriales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, incluidas las medidas y políticas específicas necesarias para alcanzar sus objetivos.»

As You Sow representa este año a los accionistas en más de 50 votaciones, incluidas unas 30 relacionadas con el clima, presentadas ante empresas que van desde JP Morgan, Goldman Sachs, Bank of America, Wells Fargo y Morgan Stanley, así como FedEx, Lockheed Martin, o Amazon.

Un asesor de voto que tendrá mucho que decir, en definitiva, y que considera que la urgencia en torno al cambio climático va en aumento, lo que significa «que va a haber más presión financiera sobre los bancos, y sobre casi todas las empresas, para hacer frente a los crecientes riesgos medioambientales».

Ahora, falta que las empresas cedan a estas presiones si los accionistas le obligan a ello.

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