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El capital riesgo confía en la revolución verde de Biden

El capital privado inyectó 110.000 millones de dólares en activos renovables el año pasado. Una cifra récord, que incrementa en un 11% a la del año anterior

La inversión privada en activos de energía limpia en los Estados Unidos alcanzó un récord de 105.000 millones de dólares el año pasado. En 2021, la mayor economía del mundo sumó una cantidad sin precedentes en capacidad energética renovable. 

El flujo de las inversiones creció en un 11 por ciento respecto a la de 2020 y representa un aumento del 70 por ciento durante los últimos cinco años, según el informe anual elaborado por BloombergNEF y el Business Council for Sustainable Energy (BCSE); una coalición de empresas y asociaciones de comercios de distintos sectores como la eficiencia energética, el gas natural o la energía renovable.

El respaldo de la inversión privada a los activos estadounidenses, incluidos algunos como parques eólicos y las plantas solares, representa alrededor del 14 por ciento del total de 755.000 millones de dólares de inversión a nivel global que se alcanzó el año pasado. 

Aún falta más apoyo público

“Claramente, hay entusiasmo de los inversores y prevemos un mayor crecimiento, pero si realmente quieren abordar el cambio climático, las cifras deben llegar a niveles que al menos dupliquen la implementación”, apunta Ethan Zindler, analista de BNEF, la unidad de análisis y datos de energía de Bloomberg. “Lo que se necesita es más apoyo”, concluye. 

Muchos Gobiernos, empresas e inversores preocupados por el clima se centran en infraestructuras de redes eléctricas más ecológicas, así como en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

De la inversión privada del año pasado en los Estados Unidos, 47.000 millones de dólares se destinaron a energías renovables, y otros 35.000 millones se emplearon en apoyar la electrificación del transporte, según el informe, titulado «2022 Sustainable Energy in America Factbook«.

Plataformas como American Clean Power (ACPA, por sus siglas en inglés), la National Hydropower Association (NHA) y la American Gas Association (AGA), tres de las más importantes del sector energético de los Estados Unidos, forman parte del BCSE. También empresas como Schneider Electric o Sempra Energy, así como entidades de gestión de activos como el gigante JP Morgan y Copper Development Association.

El plan Biden, el gran impulso

La mayor llegada de capital privado a las renovables no se entiende sin el megaplan en infraestructuras verdes lanzado por el presidente, Joe Biden. Supuso dejar atrás varios años de la Administración Trump, donde el foco estaba en los combustibles fósiles.

«Hay que remangarse y trabajar juntos», dijo Biden en su discurso inaugurando la Cumbre del Clima virtual celebrada en mayo del año pasado. En ella se establecieron las bases de la estrategia global contra el cambio climático, que el presidente quiere que abanderen los Estados Unidos.

El objetivo es reducir las emisiones contaminantes a la mitad para 2030 y a cero para 2050; en línea con el modelo europeo y muy por delante del de otros de los países más contaminantes del mundo como China y la India, cuyos objetivos climáticos se retrasan hasta 2060 y 2070, respectivamente.

El plan Biden contempla una inversión récord superior a los 2 billones de dólares (1,83 billones de euros). El foco se gira hacia las inversiones en renovables, principalmente en infraestructura eólica y fotovoltaica, así como en la apuesta por la movilidad sostenible.

“Tenemos que crear infraestructuras críticas”, recalcó el presidente estadounidense. “No podemos esperar más, hay que entrar en acción, no sólo el Gobierno federal, también los Estados, las ciudades y las empresas”.

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