El plan del BCE se entenderá fácil: tocar el bolsillo a las empresas contaminantes

La apuesta del BCE por priorizar los bonos de las empresas que cumplan con sus criterios ESG encarecerá la deuda de las que se queden descolgadas

Christine Lagarde, presidenta del BCE

El Banco Central Europeo (BCE) dio un paso adelante en su estrategia climática el pasado 4 de julio, después de anunciar que comenzará a aplicar criterios climáticos en sus programas de compra de deuda corporativa.

Y a ojos del banco de inversión francés Natixis, la medida tendrá un impacto claro en el comportamiento de las firmas respecto a los criterios ESG. Ignorarlo impactará directamente al bolsillo de esas firmas con una deuda más cara.

«Las decisiones del BCE marcan un punto de inflexión, ya que podrían dar un impulso sin precedentes a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono», apuntaron Myriam Azzouz y Cédric Merle, desde la división verde y de sostenibilidad del banco.

Las políticas «pueden incentivar fuertemente a las empresas a mejorar su rendimiento climático y su transparencia para protegerse contra la subida de los tipos de interés y el fin de las políticas monetarias acomodaticias», añadieron los expertos de Natixis.

La política del BCE también mete presión fuera de Europa

El BCE planea reajustar su cartera de bonos corporativos para favorecer a los emisores que contaminan menos.

Una medida que, de acuerdo a los analistas consultados, es «especialmente innovadora si se tiene en cuenta el momento en que se produce el cambio, cuando el banco central también está subiendo los tipos de interés por primera vez en más de una década».

Los cambios empezarán a entrar en vigor en octubre, pero aún no se ha publicado gran parte de la letra pequeña.

Los responsables de la política monetaria europea apuntaron que el plan climático se aplicará a unas reinversiones por valor de 30.000 millones de euros cada año, lo que supone alrededor del 10 por ciento de la cartera empresarial del BCE.

Las empresas de la región, por otro lado, ya están recurriendo cada vez más a la deuda verde.

Desde Natixis se señalaba, asimismo, que las políticas del BCE pueden incluso ir más allá del impulso de la Unión Europea a las finanzas sostenibles, al añadir presión a las empresas de fuera de la UE que emiten bonos denominados en euro.

Y es que son tales los beneficios de las compras del BCE, que las empresas con sede fuera de la zona euro estructuran sus ventas de deuda para cumplir los criterios de la institución continental.

«Aunque la responsabilidad principal de la lucha contra el cambio climático corresponde a los gobiernos, la naturaleza global y exhaustiva del desafío exige una mayor participación de todos los responsables políticos, incluidos los bancos centrales», señalaban desde el banco.

Ahora en portada