Las empresas que ignoren el voto negativo de los accionistas serán castigadas

Glass Lewis introduce cambios en su política de cara a la temporada de juntas de 2022. Quiere que los consejos reaccionen cuando los votos en contra superen el 20 por ciento del capital

Los grandes asesores de voto continúan actualizando sus políticas de cara a las juntas del año que viene. Si hace pocos días ISS avanzaba que sería mucho más exigente con las políticas climáticas de las empresas objetivo de Climate Action 100+ -en el mercado español son Iberdrola, Repsol, Naturgy y ArcelorMittal-, Glass Lewis también ha dado a conocer algunos cambios.

En su guía de voto para el mercado español, el proxy estadounidense, avanza como una de las novedades de cara a 2022 la revisión de cara a lo que denomina «capacidad de respuesta del consejo».

En concreto, introduce mecanismos para forzar a que estos reaccionen cuando sus propuestas se vean rechazadas por un 20 por ciento del capital presente en la junta de accionistas.

«Cuando el 20 por ciento o más de los accionistas minoritarios voten en contra de la recomendación del consejo, este debe, dependiendo del problema, demostrar cierto nivel de capacidad de respuesta para abordar preocupaciones de los accionistas, especialmente en los casos donde se registren problemas de particular interés», señala el segundo asesor de voto del mundo.

Aunque Glass Lewis avanza que revisará cada caso, adelanta que la inacción por parte del consejo podría ser castigada con una recomendación de voto en contra de los consejeros o presidentes de los comités responsables del ‘fallo’ o incluso, si no se producen reelecciones, podría recomendar oponerse a la aprobación del informe de gestión.

Esta novedad no es una política exclusiva para la bolsa española, sino que está alineada con la que aplicará en las juntas que se celebren el año que viene en Europa continental.

Visualizar los ‘noes’

Dado que no todos los inversores institucionales votan en las juntas ni tampoco lo hacen los particulares, se considera que aquellas propuestas que acumulan más de un 10 por ciento de rechazo ya indican un alto nivel de oposición; por lo que Glass Lewis está doblando dicho umbral mínimo.

Y, más allá del informe consultivo de remuneraciones que es uno de los puntos más conflictivos de las juntas españolas, este volumen de rechazo también se alcanza en otros puntos del orden del día; como, por ejemplo, la reelección de ciertos consejeros.

«Cuando se trata del informe anual de remuneraciones, el apoyo medio fue del 85,2 por ciento de los votos, lo que empeora en más de un punto el nivel registrado en 2020», explica Morrow Sodali. En cuanto al resultado de la votación de la aprobación vinculante de la política de remuneración, la media de apoyo en 2021 fue del 86,8 por ciento de los votos.

Es decir, a las retribuciones les dieron la espalda, ya sea mediante voto en contra como abstención, un 14,8 y un 13,5 por ciento de los accionistas en las juntas españolas, y en ambos casos por encima del umbral del 10 por ciento.

En lo que se refiere al apoyo a consejeros, en la temporada de juntas de este año, tres consejeros fueron rechazados por más del 20 por ciento del capital: Eduardo Serra Rexach (Pharmamar), Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez (presidente de Solaria) y Francisco José Riberas Mera (consejero independiente de Telefónica).

Las argumentaciones detrás del rechazo de cada uno fueron distintas. En el caso del ex ministro de Defensa, que fue designado con la categoría de otro externo, pesó que la compañía no apostara por la inclusión de independientes.

En el caso de Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez, los accionistas señalan distintas razones para rechazar su reelección a la cabeza de la compañía, que lidera con como consejero dominical.

BlackRock, por ejemplo, se refirió a la baja diversidad del consejo -sus remendaciones de voto son negativas cuando se reeligen
consejeros y no se opta por incrementar la cuota femenina- y también a que DíazTejeiro forma parte la comisión de retribuciones y nombramientos (es vocal) lo que cuestiona la independencia de la propuesta de reelección.

Norges, por su parte, insistió en la necesidad de incrementar la presencia de independientes en Solaria, por lo que prefirió no apoyar la reelección.

En cuanto al consejero de Telefónica, el problema que le ven accionistas y proxy es que está pluriempleado y eso limita el tiempo que puede dedicarle a la teleco.

Al menos esas eran las recomendaciones de voto de BlackRock. «El nominado forma parte de un número excesivo de consejos de cotizadas, lo que creemos que genera preocupaciones sustanciales sobre la capacidad del consejero para ejercer una supervisión suficiente en este consejo», apuntaba el primer inversor del mundo en sus recomendaciones de voto.

Además de sus responsabilidades como presidente de Gestamp y consejero de Telefónica, Riberas se sienta en los consejos de CIE Automotive y General de Alquiler de Maquinaria (GAM).

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