El mayor proxy del mundo reta a los consejos de ArcelorMittal, Iberdrola, Naturgy y Repsol

ISS quiere ser más duro en las juntas de 2022 con los emisores de gases contaminantes. Propone empezar por las empresas objetivo de Climate Action 100+, donde figuran las cuatro IBEX

El pasado 16 de noviembre el mayor proxy del mundo, ISS, adquirido recientemente por la Deutsche Börse, daba por finalizado el plazo de consulta para recibir comentarios sobre sus nuevas propuestas de voto de cara a la temporada de juntas de 2022.

Si no se producen cambios respecto al documento remitido -espera publicar la guía definitiva a finales de noviembre y será aplicable en las juntas que se celebren a partir del 1 de febrero de 2022-, el año que viene los compromisos de descarbonización de las cotizadas cobrarán todavía más importancia en las reuniones anuales con accionistas.

Uno de los cambios que quiere introducir es especificar una política de voto claro de las empresas consideradas como las mayores emisoras de gases de efecto invernadero del mundo. ISS propone tomar como referencia a las compañías incluidas en el ‘focus group’ de Climate Action 100+.

Siguiendo ese criterio cuatro compañías del IBEX se verían afectadas: ArcelorMittal, Iberdrola, Naturgy o Repsol.

La propuesta de ISS

El asesor de voto plantea como novedad, aplicable para todas las empresas objetivo de Climate Action 100+ con sede en Estados Unidos, Europa Continental, Reino Unido, Irlanda, Rusia y Kazajistán.

Su propuesta es votar en contra (o aplicar el voto withhold) sobre aquellos consejeros o el comité responsable de esta estrategia, o, en su ausencia, contra el conjunto del consejo, en aquellos casos en los que ISS «determine que la empresa no está dando los pasos mínimos necesarios para comprender, evaluar y mitigar los riesgos relacionados con el cambio climático par la compañía y para la economía en general», señala.

El proxy concreta esos mínimos con varias apreciaciones. En concreto, que se detallen los riesgos relacionados con el clima adaptándose al marco establecido por la Task Force on Climate related Financial Disclosures (TCFD). Esto incluiría:

  • Medidas de gobernanza en el consejo
  • Estrategia corporativa
  • Análisis de gestión de riesgos
  • Métricas y objetivos
  • Objetivos adecuados de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

Para este último punto, ISS es algo más flexible. Aceptará como objetivo cualquier que «esté bien definido» y obligatoriamente este no tiene que ser el scope 3 (este indicador incluye todas las emisiones indirectas) en 2022.

«Los objetivos deben al menos cubrir una parte significativa de la emisiones directas de la compañía». En ellas se incluirían el scope 1 y el scope 2. No obstante, deja la puerta abierta a ser más exigente de cara al futuro.

El voto en contra de los consejeros -o incluso del informe de gestión de la compañía- se considera un modo de visualizar el rechazo de los proxy de forma muy evidente.

Es algo que ya se produce y que se ha podido ver en las juntas de este ejercicio, aunque en el caso de la temporada española lo más habitual es que el rechazo está relacionado con temas de gobierno corporativo o políticas de retribuciones.

ISS también formula nuevas indicaciones sobre sus recomendaciones respecto a las propuestas «say on climate», en las que España fue uno de los mercados protagonistas el año pasado. Pero no existe una guía única ni para las propuestas del consejo, ni para las que puedan presentar los accionistas. Será una valoración que tomará caso a caso.

Las remuneraciones y su relación con la ESG

También quiere introducir algunas novedades en materia de retribución y, concretamente, en las referencias a conceptos ligados con los objetivos no financieros.

Cada vez son más las compañías que incluyen este tipo de objetivos en sus políticas de retribución y, en esta ocasión, lo que hace ISS es modificar alguna de sus recomendaciones.

En concreto introduce la ESG dentro de su reflexión sobre las retribuciones ligadas a objetivos no financieros. «Habrá un vínculo claro entre el desempeño de la empresa y las retribuciones variables. Los condicionantes financieros y no financieros, incluidos los criterios ESG, son relevantes siempre que retribuyan un desempeño efectivo que esté alineado con el propósito, la estrategia y los objetivos adoptados por la empresa», señala en la propuesta de documento.

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