China lleva su lucha contra el cambio climático a los tejados

A pesar de las emociones encontradas que suele dejar China respecto a su rol en la lucha contra el cambio climático, los datos reflejan que uno de cada cinco paneles solares instalados en todo el mundo el año pasado, se puso en un tejado chino

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En el tejado de su casa, situada junto a campos de cebollas verdes y trigo en la provincia china de Shaanxi, Li Lifeng ha instalado docenas de paneles solares que brillan bajo el sol invernal, y contribuyen a la lucha contra el cambio climático.

Li, por tanto, ha sido uno de los más de 2,4 millones de propietarios chinos que en los últimos cinco años han aportado su granito de arena a la descarbonización de la mayor fuente de emisiones de carbono del planeta.

La mayor parte de la energía solar instalada en los tejados se ha añadido en los dos últimos años, cuando China ofreció ayudas a los gobiernos locales para impulsar las instalaciones y subió las tarifas eléctricas a las empresas, haciendo más atractiva la generación de su propia electricidad.

Gracias al auge de las energías renovables, China construyó el año pasado más paneles solares a pequeña escala que cualquier otro país. Por ello, aproximadamente uno de cada cinco paneles instalados en el mundo en 2022 se colocó en una vivienda o empresa china.

Para Li, no obstante, la decisión fue económica. Este hombre de 52 años posee una tienda de fideos y dos casas adosadas a una hora de Xi’an, en el centro de China. Con un hijo a punto de casarse y otro preparándose para la universidad, él y su mujer querían asegurarse otra fuente de ingresos antes de jubilarse.

Desde que conectó su primer panel a la red a principios de 2018, la familia de Li ha ganado más de 62.000 yuanes (8.963 dólares) vendiendo electricidad limpia. «No se puede obtener tanto rendimiento poniendo dinero en el banco», señaló Li.

El acelerón de China en la lucha contra el cambio climático

China cuenta ya con los mayores parques eólicos y solares del mundo, pero su red eléctrica sigue dependiendo en gran medida del carbón, el combustible fósil más sucio.

La escalada de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania y las prolongadas sequías que afectaron a la generación hidroeléctrica llevaron a China a aumentar la generación a partir de carbón el año pasado, incluso mientras se apresuraba a ampliar la capacidad de las energías renovables.

Sin embargo, si la segunda economía del mundo quiere cumplir el objetivo del Presidente Xi Jinping de llegar a cero emisiones netas en 2060, tendrá que hacer más para eliminar gradualmente los combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El gobierno ya está construyendo vastos parques eólicos y solares en los desiertos poco poblados del interior del país, pero la infraestructura necesaria para conectarlos a las megaciudades del centro y el este de China es costosa y no está totalmente construida.

En las regiones más densamente pobladas, sobre todo en provincias costeras como Shandong y Hebei, se está agotando el espacio disponible para instalar centrales renovables.

El gobierno también se ve presionado para equilibrar la transición energética con otra iniciativa para preservar los hábitats naturales tras décadas de industrialización galopante.

Así que, en su lugar, está utilizando los tejados del país como armas en la lucha contra el cambio climático.

El peso de la energía solar

China añadió más de 51 gigavatios de energía solar a pequeña escala el año pasado. Alrededor del 40% de su capacidad solar total procede ahora de tejados y patios traseros, incluidos algunos proyectos que ayudaron a llevar energía a aldeas remotas y monasterios aislados por primera vez.

Inicialmente, el gobierno nacional apoyó todos los proyectos solares con generosas subvenciones que garantizaban pagos lo suficientemente altos como para que las inversiones fueran rentables.

Al caer los precios de los paneles solares, dejó que el programa de subvenciones expirara a finales de 2021, y desde entonces los pagos locales han disminuido o desaparecido.

En su lugar, Pekín lanzó un programa piloto en 2021 que ayuda a los gobiernos locales a agrupar proyectos más pequeños para grandes pedidos, atrayendo a más promotores y ayudando a reducir costes.

Se animó a las ciudades a cubrir con paneles casi un tercio de los edificios comerciales y una quinta parte de las granjas para finales de 2023, lo que desencadenó un auge sin precedentes de las instalaciones solares a pequeña escala.

Longi Green Energy Technology Co., el mayor fabricante de equipos de energía solar del mundo, espera que el país añada 60 gigavatios de energía solar a pequeña escala este año y siga expandiéndose en torno a un 20% anual en el futuro inmediato, según Niu Yanyan, que dirige su negocio fotovoltaico distribuido nacional.

Los edificios y tejados de China tienen potencial para albergar más de 1 teravatio de potencia solar, casi el mismo tamaño que toda la industria mundial existente, según el fabricante.

La demanda ha crecido tanto que Longi presentó el año pasado sus primeros paneles diseñados específicamente para el mercado solar de tejados, más eficientes y estéticos.

No se trata sólo de hogares. Las instalaciones solares en tejados de fábricas y edificios comerciales han crecido espectacularmente en los últimos años, después de que la escasez de energía provocara una serie de apagones prolongados que afectaron a la producción.

Las empresas chinas también se enfrentan a una mayor presión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto por parte de su propio gobierno como de clientes extranjeros que buscan descarbonizar sus cadenas de suministro en medio del creciente escrutinio de los inversores.

Tras la escasez generalizada de energía a finales de 2021, el gobierno permitió a las empresas de servicios públicos cobrar tarifas más altas a los usuarios industriales y comerciales, lo que ha contribuido a impulsar la transición entre las empresas.

Algunas regiones costeras exigen o fomentan que las nuevas instalaciones sobre tejado se conecten a baterías de almacenamiento, lo que resulta caro.

Y aunque algunas autoridades locales tienen sus propios planes de incentivos, la expiración de las subvenciones nacionales significa que los nuevos proyectos solares sobre tejado son menos rentables que antes, aunque los costes de los equipos hayan bajado.

«En los próximos dos años, todavía hay margen para un crecimiento masivo, pero tendrá que hacerse de forma más sostenible», afirma Cosimo Ries, analista de la consultora Trivium China Ltd.

Li es un cliente habitual cuando se trata de energía solar para tejados. Tras recuperar los 60.000 yuanes que desembolsó para instalar su primer sistema, en diciembre pidió un préstamo de casi 100.000 yuanes para construir un segundo, con flamantes paneles Longi colocados en lo alto de su tejado.

Si a Li le preocupa endeudarse tanto mientras se prepara para la jubilación, no lo demuestra.

«Somos agricultores, así que no cobramos mucho de pensión», explica Li. «Los ingresos de los paneles solares ayudarán a aliviar la presión sobre los niños para que nos mantengan cuando seamos viejos».

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