Los riesgos regulatorios de la ESG se cobran sus primeras víctimas

Fallos a la hora de seguir los criterios establecidos por la nueva normativa ESG provocaron la imposición de castigos a entidades como Goldman Sachs, o BNY Mellon

Infraestructuras, una oportunidad dentro de la ESG

La puesta en marcha tanto en los Estados Unidos como en Europa de una regulación ESG que intensifica el escrutinio sobre qué productos de inversión se comercializan como sostenibles, y cómo se asesora a los clientes respecto a los mismos, ya se ha cobrado sus primeras víctimas.

En estos últimos meses, al menos en el país norteamericano, los riesgos asociados a este nuevo marco regulatorio se llevaron por delante a grandes nombres como Goldman Sachs o BNY Mellon, tal y como explicó la agencia de calificación crediticia Fitch.

«Una serie de revelaciones sobre la forma en que los gestores de activos manejan los fondos ESG y los presentan a los clientes, pone de manifiesto el riesgo normativo asociado a dichos fondos», aseguraron desde la agencia de ratings.

Revelaciones como las dejadas por el acuerdo alcanzado entre Goldman Sachs y la SEC, o entre la propia SEC y BNY Mellon, que provocaron el pago al órgano supervisor estadounidense de 4 millones de dólares por parte de Goldman, y de 1,5 millones de dólares por parte de BNY.

El fallo de Goldman Sachs en su selección de fondos ESG

El pago de Goldman Sachs a la SEC se produjo la semana pasada, después de que el organismo supervisor abriera una investigación sobre la forma en que los equipos de inversión del banco norteamericano aplicaban criterios ESG para seleccionar y supervisar los valores a ofrecer a sus clientes.

Y es que, según concluyó la SEC, Goldman Sachs «comercializó fondos ESG y estrategias de inversión similares, sin seguir siempre un marco coherente detallado en sus planes de cumplimiento».

Una conclusión que obligó a la entidad estadounidense a pagar los 4 millones dólares mencionados, debido a fallos de procedimiento.

Fallos como el producido, por ejemplo, cuando Goldman exigió a su personal que «completara un cuestionario (sobre criterios ESG) para cada empresa que planeaba incluir en la cartera de inversión», pero lo hizo «después de que los valores ya estuvieran seleccionados para su inclusión«.

Un error de proceso que desde la SEC entendieron como una forma errónea de que Goldman Sachs diera «respuesta a la demanda de los inversores por productos ESG», y que si bien no tiene un impacto financiero considerable sobre un banco que maneja miles de millones en activos, desde Fitch sí consideraron que puede producir «un daño a la reputación […] sobre todo si se producen repetidamente».

Una posibilidad que, a ojos de Fitch, está ocasionando un comportamiento «más conservador» por parte de los gestores de activos, a la hora de presentar sus credenciales ESG.

El caso de BNY Mellon y el clima inversor que se espera para 2023

La disputa entre BNY Mellon y la SEC es algo más antigua que la protagonizada por Goldman, al cerrarse el pasado mayo, pero de acuerdo a las consideraciones de Fitch, resulta igual de ilustrativa sobre los riesgos que el nuevo marco regulatorio comporta para las entidades financieras.

En este caso, BNY acordó pagar una multa de 1,5 millones de dólares después de que la SEC concluyera que el banco de inversión «dio a entender en diversas declaraciones que todas las inversiones de sus fondos habían sido sometidas a una revisión de la calidad ESG, aunque no siempre fue así».

Una determinación por parte del supervisor estadounidense, y una resolución a través de esta multa, que la SEC explicó como parte de su compromiso con «hacer responsables a los asesores de inversiones cuando no describan con precisión su incorporación de factores ESG en el proceso de selección de inversiones«.

Compromiso que, como señalaban desde Fitch, obliga a los gestores a tener más cuidado con los productos que ofrecen, ya que, en 2023, la agencia espera que los reguladores «sigan esforzándose por armonizar las definiciones de ESG a nivel mundial, y por tomar medidas contra el greenwashing«.

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