Así complica la vida a tu asesor financiero la regulación ESG

María Gómez Silva entrevista a Carlos Farrás, socio director y CIO de DPM Finanzas, quien explica las dificultades que tienen los asesores con la nueva regulación ESG. Duración: 18 min

  • 00:00 Introducción
  • 01:07 El reto de la Mifid verde para el asesor 
  • 06:53 Preguntas complejas para el inversor
  • 09:26 Problemas de calendario
  • 10:42 La sostenibilidad en el asesoramiento
  • 11:26 Demanda principalmente institucional
  • 13:44 El perfil de inversor ESG
  • 16:06 Preferencias sobre sostenibilidad
  • 17:14 El greenwashing, fuera del radar

Podcast presentado por M&G Investments: súmate a la evolución de la inversión.  

Crónica relacionada con el podcast 

La entrada en vigor de lo que se conoce como Mifid verde, el 2 de agosto pasado, no ha dejado a nadie indiferente.

Si en el capítulo anterior del podcast de Social Investor era la industria de los fondos de inversión (en boca de Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco) el que se quejaba de las prisas con la que se había articulado el cambio normativo; en este capítulo le toca el turno a los asesores. 

En concreto, Carlos Farrás, socio director y CIO de DPM Finanzas, ha explicado las dificultades que supone para su trabajo la entrada en vigor de esta regulación. 

Más que un reto para los asesores

“Para nosotros está siendo más reto que para ningún otro porque estamos siendo los primeros en adaptarnos cuando a todos los demás les han dado prórrogas y demás”, se quejaba. 

Farrás se refería a que las gestoras no están obligadas a desglosar la información de sostenibilidad tal y como requiere la Unión Europea hasta el 31 de diciembre; mientras que las compañías han logrado ampliar el plazo hasta 2024. 

De este modo, se exige a los asesores que pregunten a sus clientes por las preferencias de sostenibilidad, pero luego no les pueden ofrecer una recomendación de productos que se ajuste a esas preferencias que han expresado. 

«Por explicarte una similitud, es como si tú nos contrataras para que te asesorásemos para comprar un coche y yo te tuviera que hacer una serie de preguntas sobre lo contaminante que quieres que sea». 

«Pero, luego, el problema es que el fabricante no me dice si el coche es etiqueta cero o no. Es decir, que yo no puedo elegir, hacerte una comparativa y decirte: este es el mejor fabricante para lo que tú buscas», apunta Farrás. 

Contratar el servicio de terceros

En ese sentido, para lograr hacer su trabajo, los asesores se han visto obligados a contratar el servicio de terceros que hacen clasificaciones en función de criterios de sostenibilidad (pero no los de la Comisión Europea). 

«Por lo tanto, es todo un poco atropellado y a nosotros nos ha tocado un papel un poco más complicado. Yo puedo entender que todo parte de nosotros porque somos, al final, los que estamos hablando con los inversores».

«Pero, si tenemos que coger unas preferencias, luego la responsabilidad es para nosotros, desde el punto de vista de que tenemos que cumplir en nuestras recomendaciones con lo que nos ha pedido el inversor. Está siendo un poco de locura”. 

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