La crisis energética da alas a los críticos con el Green Deal europeo

Varios estados europeos, empresarios y analistas exigen cambios a las autoridades monetarias en el mercado de carbono. Los altos precios de la luz pueden poner en riesgo la transición energética

La crisis energética que vive el mundo está recrudeciendo el discurso de los empresarios y los analistas contra la rigidez mostrada hasta el momento por las instituciones europeas, que no se quieren mover ni un ápice de la hoja marcada en el Green Deal europeo.

«La obsesión Timmermans», como la calificaba este miércoles el director general de Unesid, Andrés Barceló, en un debate titulado ‘Precio de la electricidad, gas e impacto en la industria’ en la Universidad de Alcalá de Henares, moderado por el economista José Carlos Díez, tuvo otro capítulo este miércoles, cuando el vicepresidente de la Comisión Europea y encargado del Green Deal volvió a insistir en que los derechos de CO2 no eran los culpables del encarecimiento del coste de la energía.

De acuerdo con Reuters, repitiendo un discurso que ya ha utilizado en otras ocasiones, Frans Timmermans insistió en el bajo impacto de estos derechos sobre el coste de la electricidad.

Timmersmans responsabiliza al coste del CO2 de una quinta parte de la subida del precio de la luz

«Es responsable en muy pequeña medida, como máximo en una quinta parte», apuntó. «El problema está en otra parte; está en las condiciones del mercado, que en este momento, con la mayor demanda de los últimos 25 años, crean estas subidas de precios», puntualizó.

La industria pesada, y otros sectores económicos, como el agroalimentario, sin embargo, ven la situación desde un prisma diferente y creen que revisar este sistema podría ser una vía para moderar de alguna manera el mayor coste energético. Andrés Barceló incluso apunta que podría ser suficiente con ‘expulsar’ a los especuladores del mercado.

«El mercado de emisiones europeo (ETS) es meramente financiero. Allí las empresas no intercambian nada. Con que la Comisión Europea lanzara el mensaje de que podría intervenir sería suficiente para que dejaran de operar», señaló. «Sin embargo, es algo que parece que va contra el dogma», lamentó el el director general de Unesid.

El mercado de carbono es una de las herramientas creadas por la Unión Europea justo para fomentar la transición energética. Cuanto mayor sea el coste de la contaminación, mayor es el estímulo para invertir en descarbonización.

La paradoja es que la carrera para lograr los primeros objetivos del Green Deal -los que se deben conseguir hasta 2030- pasan por un proceso de electrificación de la economía. Y los precios de la electricidad ahora mismo no son especialmente un estímulo para iniciar este proceso.

Los precios de la luz desincentivan el proceso de electrificación en la industria

«Con estos precios no se electrifica nadie. Solo se podrá avanzar si la energía eléctrica cuenta con un precio asequible», señaló el director general de Unesid. La industria siderúrgica, representada por esta patronal, es el primer consumidor de electricidad y el segundo del gas y tiene claro que su papel es clave para descarbonización de Europa.

Desde algunos sectores se defiende que hubiera sido menor crear figuras impositivas para penalizar las emisiones contaminantes en lugar del ETS, pero la UE ya ha optado por este camino y, además, quiere fortalecerlo. La reforma del mercado ETS, que ha planteado la Comisión Europea en su paquete normativo ‘Fit 55‘, justo lo que está haciendo es reforzarlo, extendiéndolo a más sectores.

Europa, por ahora, se ha comprometido a presentar propuestas antes de que finalice el año para tratar de mitigar la subida de la luz, pero los efectos no llegarán hasta el medio plazo.

El papel del mercado de la contaminación

La escalada de críticas a las instituciones europeas por adoptar un papel pasivo en la subida del precio de la luz ya ha conseguido que algunos especuladores abandonen el mercado, pero el efecto podría ser momentáneo si las instituciones europeas no se implican de alguna manera y, de alguna manera, renuncien a su ‘dogma’ mientras dure la crisis de los precios energéticos.

Este miércoles, mientras la electricidad en España escalaba a 288 euros el MWh, el derecho a emitir contaminación perdía altura. En concreto, los contratos caían por debajo de los 60 euros tras tres días de subidas.

Los derechos de CO2 caen por debajo de los 60 euros ante el riesgo de una intervención del mercado

«Europa debe hacer algo para controlar los efectos del incremento de los precios de la energía para los usuarios finales. No tienen control sobre el gas o los precios del carbón, pero cuentan con capacidad de control de los derechos de emisión», explicaba este miércoles Andre Rorheim, operador de materias primas en DNB a Bloomberg.

«El riesgo político está regresando a la agenda; los especuladores están nerviosos ante una posible intervención de la Unión Europea en el mercado», señaló.

A última hora del martes y tras la reunión del ECOFIN, varios países europeos, entre los que figuraba España junto a Francia, Grecia, Rumanía y República Checa, pedían por carta medidas para mitigar la subida de los precios energéticos y en uno de sus puntos hacían referencia directamente a los ETS.

«El ETS es esencial para establecer un precio explícito del carbón y activar la transición energética. Por lo tanto, para ofrecer a los grupos de interés tanto privados como públicos la oportunidad de planear y virar sus inversiones hacia actividades bajas en carbono, necesitamos que se asegure un precio del carbono más predecible y se controle la volatilidad», señalaban.

¿Y si el perdedor es la transición energética?

Sin una flexibilización, y una reforma ágil del modelo que se utiliza en Europa para calcular el precio de la luz, una crisis energética podría condicionar de manera importante la ruta verde incluida en el pacto europeo.

«Aunque creo que la subida es transitoria, si los precios de la electricidad se mantuviera a una media de 200 euros el MWh se pondría en cuestión la transición energética», señaló Claudio Aranzadi, ex ministro de Industria y Energía, en una de sus intervenciones durante el debate sobre los precios energéticos en la Universidad de Alcalá este miércoles.

El sector empresarial reconoce, por su parte, que está paralizando algunos contratos. «Ahora es imposible firmar un PPA», reconoció Andrés Barceló.

Además, las empresas se enfrentan a un problema de caja para afrontar inversiones cuando deben asumir mayores costes energéticos. Lo razonable, para ellos, sería dotar de flexibilización -al menos hasta que pase la crisis energética- a las herramientas del Green Deal.

Creen que existe el riesgo de que la economía europea pierda tejido empresarial si no se controla el coste de la transición energética. El Green Deal -recuerdan- es previo a la crisis energética pero también a la pandemia.

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