La megafactura del hidrógeno verde: una inversión global de hasta 56 billones de euros

Todas las potencias mundiales compiten por acelerar en una tecnología verde donde España, de entrada, prevé destinar casi 9.000 millones

Es la energía del futuro y sus proyectos se multiplican, ya sean iniciativa privada o con colaboración de las administraciones públicas. El hidrógeno verde se ha convertido en uno de los protagonistas del sector energético de cara a conseguir la neutralidad de emisiones contaminantes a la mitad del siglo XXI y ninguna potencia económica quiere quedarse atrás.

De entrada, la factura va a ser millonaria, aunque la horquilla de inversión que se prevé sea muy amplia. En total, se podrían invertir en iniciativas vinculadas a la fabricación, transporte y almacenamiento de hidrógeno entre 14 y 66 billones de dólares estadounidenses. Es decir, entre 12 y 56 billones de euros en todo el mundo, según las estimaciones globales realizadas por Bloomberg y recogidas por Naturgy en el informe ‘El papel de las Finanzas Sostenibles en el sector de la energía’.

Como comparación, para estas tres décadas, la inversión prevista en redes eléctricas, claves para dar soporte al sector (en un momento donde se suman los dispositivos enchufables, como el coche eléctrico) es de 14.000 billones de dólares, según el citado ‘paper’, realizado con la consultora Deloitte.

La inversión prevista en la Unión Europea y en España

Ése es el escenario global, donde está por definir, por ejemplo, cuál va a ser la inversión en hidrógeno ‘verde’ de Estados Unidos, después de que la administración de Joe Biden haya colocado las infraestructuras y la energía limpia como una de las prioridades de sus cuatro años de mandato. Pero la competición es global.

A este lado del Atlántico, la Unión Europea contempla, de momento, una inversión en esta tecnología de entre 180.000 y 470.000 millones de euros, según los planteamientos recogidos en la ‘Hydrogen Strategy for a climate neutral Europe’.

Y, en España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico prevé que se necesite movilizar una inversión de 8.900 millones de euros, según refleja su ‘Hoja de Ruta del Hidrógeno’. Esta apuesta por el hidrógeno renovable, prevé alcanzar una capacidad instalada de electrolizadores de 4 GW en 2030. Se trata de la tecnología necesaria para separar el hidrógeno del oxígeno presente en el agua, lo que permite generar combustible sin emitir CO2. 

Además, esta estrategia de hidrógeno verde ‘made in Spain’ cuenta con el respaldo de la industria (todas las energéticas del IBEX, Enagás, Endesa, Iberdrola, Repsol, Naturgy y Acciona, ya han anunciado proyectos en hidrógeno). Y, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya ha prometido 1.500 millones de euros vía fondos ‘NEXT Generation’.

¿Y es España más ambiciosa que otros países? Cada país está definiendo sus estrategias con cuenta gotas pero España, de momento, tiene previstas inversiones más relevantes que otros países de nuestro entorno, como Francia, que prevé invertir alrededor de 7.000 millones de euros en esta década. 

¿Por qué es relevante el hidrógeno y qué tipos hay?

La relevancia del hidrógeno radica en que no se considera en sí un tipo de energía, sino que es un “vector energético”, según recoge el citado informe de Naturgy. “Esto es, un producto que requiere de una aportación de energía para ser obtenido y que cuenta con la particularidad de ser capaz de almacenar energía para, posteriormente, ser liberada de forma gradual cuando sea requerida”.

De ahí que sea viable para diferentes usos, desde carburantes para garantizar una movilidad no contaminante, a posibles usos en la industria, desde la química o la metalúrgica, hasta la producción de fertilizantes. 

Sin embargo, uno de los problemas o trabas con los que se encuentra la industria es que, a día de hoy, cuando el sector habla de hidrógeno, en realidad, refleja tres tipos y sólo uno de ellos es considerado 100% renovable.

El que tiene la etiqueta ‘eco’ es el hidrógeno verde, que emplea el agua como materia prima y que separa el oxígeno y el hidrógeno empleando, exclusivamente, energías de origen renovable.

Hay tres tipos de hidrógeno -verde, gris y azul- y, éste último, también persigue contar con la etiqueta ‘eco’

Pero hay otros dos tipos de hidrógeno. Uno es el ‘gris’, que se obtiene a partir de gas natural o hidrocarburos ligeros y que no tiene nada de renovable; y el ‘azul’, que se produce de forma similar al ‘gris’, pero empleando técnicas de captura, uso y almacenamiento donde se reducen en hasta en un 95% las emisiones de CO2 y que la industria aspira a que consiga una etiqueta similar a la del verde.

Y, en ese escenario, la inversión global realizada, más allá de las promesas y objetivos a futuro, aún está en sus fases iniciales. Según el informe de Bloomberg ‘Energy Transition Investment Trends 2021’, el pasado año se invirtió en hidrógeno, en todo el mundo, 1.500 millones de dólares. Este dato es el segundo mayor de la historia, pero un 20% menos que en 2019. 

El motivo de este paso atrás, según este informe, es el frenado en la inversión de esta tecnología por parte de la industria del transporte colectivo (autobuses) en el año de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, el informe asume que, en los próximos años, la inversión en hidrógeno va a dispararse.

De momento, ya hay una docena de países que han definido -como España- sus hojas de ruta en hidrógeno verde y otros 16 están en fase de presentarla este mismo año. Un entusiasmo por esta tecnología que tiene que empezar a cristalizar.

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