La guerra contra el greenwashing solo ha empezado

Los casos de BNY Mellon, Goldman o DWS no parece que vayan a ser los últimos. La SEC estadounidense está dispuesta a descubrir a nuevos 'greenwashers' y es un problema a escala mundial

Para todos los greenwashers que hay en Wall Street, la fiesta realmente podría haber empezado.

Existen pocas dudas acerca de la que la SEC está hablando en serio cuando afirma que está dispuesta a descubrir a las firmas estadounidenses con afirmaciones engañosas en ESG.

El mes pasado, el regulador multó a la unidad de inversión de Bank of New York Mellon por acusaciones de mala calidad sobre sus reseñas ESG y ahora habría asumido un reto más grande, investigando si algunos productos de Goldman Sachs no cumplen con los requisitos ambientales, sociales y de gobernanza que ‘vende’ el marketing del gigante de Wall Street.

“Estas son las primeras ondas de una ola intervenciones que es probable que veamos en los próximos meses”, señala Sonali Siriwardena, socia y directora global de ESG en Simmons & Simmons.

Bajo la presidencia de Gary Gensler, nominado por el presidente Joe Biden para dirigir la SEC en 2021, se está exigiendo que se desvelen los estándares que se están aplicando para nombrar un fondo ESG.

El ejemplo de BNY Mellon

Cuando se detecta una potencial mala conducta, por lo general se emite una alerta para que la investigación sea más profunda.

El caso BNY Mellon puede proporcionar una guía de cara al futuro. Tras la investigación, la SEC anunciaba el 23 de mayo que BNY Mellon Investment Adviser había utilizado “representaciones erróneas y omisiones” relativas a las consideraciones ESG de algunos de sus fondos.

La agencia encontró que la firma violó la Sección 34(b) de la Ley de Sociedades de Inversión, que establece que es ilegal hacer declaraciones falsas de un hecho material en cualquier documento registrado y BNY Mellon aceptó pagar 1,5 millones como multa.

Después de este paso, es probable que vengan otros, aunque no todo el mundo comparte este punto de vista.

“No estamos hablando de un esquema Ponzi o acusaciones de un fraude en toda la industria como lo que vimos con las subprime en la crisis hipotecaria”, sostiene el abogado Marc Elovitz de Schulte Roth & Zabel.

“No estamos hablando aquí sobre una gran conspiración de los administradores de activos», valora. En lugar de un esfuerzo concertado de Wall Street para ganar tanto dinero como sea posible colocando etiquetas ESG en todo, Elovitz argumenta que la reciente inundación de greenwashing es consecuencia de la juventud del sector.

Así, la ESG es una innovación bastante reciente en la gestión de inversiones y, a medida de que el mercado madure, habrá una mayor claridad en torno a su definición. Eso dará como resultado una mayor transparencia.

A medida que los reguladores profundicen, saldrán más nombres

Pero no todo el mundo es tan optimista. «Es inevitable que salgan más nombres a medida que los reguladores profundicen», vaticina Fiona Huntriss, socia del bufete de abogados Pallas, especializada en litigación financiera.

Y es importante recordar, añade, que esto no es solo problema de Estados Unidos, Reino Unido o Europa: es un problema transfronterizo. “Estamos realmente al comienzo del ciclo porque no ha habido una regulación adecuada hasta el momento y es ahora cuando se están comercializando más productos ESG», señala Huntriss.

«Todavía hay incertidumbre sobre cuáles son los estándares, y ese tipo de incertidumbre es terreno fértil para el litigio”.
Y a nivel mundial, por supuesto, todavía está el problema sin resolver. No hay que olvidar que fue la investigación sobre DWS la que lo inició todo.

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