La ESG ya es una cuestión de Estado

Los bonos soberanos son los que cuentan con mayor probabilidad de sufrir un recorte de rating influido por factores ESG entre los emisores con perspectiva negativa. España figura en ese grupo.

El complejo entorno que vive la deuda este año, con fuertes subidas de los tipos implícitos en mercado ante la expectativa de que la inflación fuerce a los bancos centrales a elevar el precio del dinero (el bono español a diez años se mantiene por encima del nivel del 1 por ciento, en línea con las zonas que llegó a alcanzar en 2020), no es el único reto al que se enfrenta la deuda soberana.

Según un informe de S&P, los factores ESG son una de las cuestiones que pesan negativamente en los rating de los distintos estados sobre los que pesa la espada de Damocles de una posible rebaja (pueden contar con expectativa negativa o que el rating esté en observación con implicaciones negativas).

En este momento, los emisores de deuda soberana, serían los que contarían con una mayor proporción de problemas ESG afectando a su perspectiva negativa. El porcentaje superaría el 70 por ciento (véase gráfico) en el caso de los emisores que se están jugando una reducción de la nota de calidad crediticia.

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Fuente: S&P Global Ratings. Credit Trends: ESG Factors Influence Close To 1 In 4 Potential Downgrades As 2022 Unfolds

S&P no especifica qué países podrían sufrir una reducción de rating por causas ESG, pero no puede descartarse que uno de ellos sea España. La agencia colocó en perspectiva negativa la calificación de la deuda española el 18 de septiembre de 2020, por lo que entraría dentro del grupo incluido dentro del análisis.

En total, y aunque el número de emisores (corporativos y públicos) con perspectiva negativa retrocede entre 2020 y 2021, los factores ESG están detrás de un 24 por ciento de las posibles rebajas de rating que estudia S&P. Un porcentaje más elevado que las posibles mejoras.

Un factor más negativo que positivo

S&P comenzó hace unos meses a hacer públicos los factores ESG que pesaban dentro de sus calificaciones de crédito y ya anticipaba que el sesgo era más negativo que positivo; una situación que se mantiene en 2022.

«A medida que comienza 2022, las consideraciones ESG, especialmente en el contexto continuo de la pandemia, son más un riesgo que una oportunidad para la calidad crediticia», avanza la calificadora.

De hecho, en este momento solo un 6 por ciento de los emisores que cuentan con una perspectiva positiva en su calificación, están influidos por factores ESG.

Es una proporción menor a la del año pasado -cuando era del 12 por ciento- porque, según explica S&P, muchas de las mejoras llegaron finalmente a materializarse. En este momento, y tras el fuerte deterioro de las perspectivas de crédito en 2020, las posibles rebajas se están acercando a las posibles subidas.

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Fuente: S&P Global Ratings. Credit Trends: ESG Factors Influence Close To 1 In 4 Potential Downgrades As 2022 Unfolds

Por criterios, los sociales son los que hoy estaría jugando un papel más relevante en las calificaciones de crédito. «Las consideraciones de salud y seguridad impulsadas por la pandemia de coronavirus han convertido lo social en el factor ESG predominante desde que comenzamos a monitorear las acciones de calificación relacionadas con ESG en abril de 2020», revela S&P.

La gobernanza es el factor que está detrás de la mayoría de posibles mejoras

En 2021, los criterios sociales estarían detrás de un 85 por ciento de las posibles rebajas de crédito. El porcentaje, no obstante, es menor al de 2020, cuando la proporción fue de un 94 por ciento.

En contraposición, la gobernanza es el factor más relevante a la hora de impulsar una posible mejora en la nota de crédito gracias a los criterios ESG.

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