KPMG y Deloitte se convierten en las nuevas víctimas del activismo climático

El activismo climático pone en su radar a las auditoras: vota en contra de su reelección si no existe transparencia en la estrategia climática de las empresas que auditan. Ya pasa en Londres

La temporada de resultados trimestrales comienza a solaparse con la de las juntas de accionistas, lo que significa nuevas presiones para las cotizadas por parte del activismo.

Algo de lo que ya da fe la Bolsa de Londres, que está siendo la protagonista de una innovación en esta temporada: votar en contra de las firmas de auditoría si la información financiera que han validado es poco transparente en objetivos climáticos.

Sarasin Partners, un fondo activista que al cierre de 2021 controlaba más de 21.000 millones de libras en activos (25.000 millones de euros), caldeó la semana pasada la junta de Rio Tinto, una de las mayores mineras del mundo.

En su opinión, la compañía anglo-australiana no fue lo suficientemente clara en la divulgación de sus datos climáticos del año pasado. Por ello, aplicó tres votos de castigo contra la empresa y su auditor, KPMG.

Ahora, Sarasin, que forma parte de la plataforma Climate Action 100+, repetirá el modelo en la junta de la constructora irlandesa CRH, que también cotiza en Londres y forma parte del FTSE 100.

La compañía celebra su junta el 28 de abril y el lobby climático ha hecho suya la causa; por lo que el resultado podría ser interesante.

Contra el auditor y el comité de auditoría

Según explicó Sarasin, las últimas cuentas auditadas de Rio Tinto mostraban cierta “desconexión” entre las acciones propuestas por el gigante minero para alinearse con el objetivo de 1,5 grados marcado en el Acuerdo de París y la realidad del informe financiero.

Por ello, los activistas votaron en contra del informe financiero del año pasado, alegando “falta de divulgación sobre la resiliencia” a esos objetivos climáticos. También faltaban métricas cuantitativas sobre cómo se han integrado los objetivos climáticos en la información financiera de Rio Tinto.

También votaron en contra de mantener a la firma de consultoría KPMG como auditor de dichas cuentas, ya que, si bien tienen en cuenta las consideraciones climáticas, su informe no revela detalles de calado sobre la estrategia climática de Rio Tinto.

“Nos preocupa la información para los inversores de Estados Unidos, ya que la auditoría omite toda mención del clima”, dijo en un comunicado Natasha Landell-Mills, socia de Sarasin Partners.

“Sin embargo, es probable que los futuros balances cambien para tener en cuenta otras estimaciones a medida que el grupo cumple con sus objetivos de cambio climático”, detalló.

En otro de los puntos de la Junta de Rio Tinto, ligados a las reelecciones de miembros del comité de auditoría, la firma británica se abstuvo.

CRH y por qué debe prescindir de Deloitte

La situación se asemeja a las propuestas de votación presentadas por Sarasin a los accionistas de CRH, una de las mayores constructoras en territorio británico, que forma parte del índice FTSE 100.

La compañía celebrará su junta el próximo 28 de abril. Pero para entonces, los activistas quieren convencer a cuantos más accionistas mejor, con el objetivo de presionar a CRH para, entre otras cosas, no prolongar a Deloitte Irlanda como auditora un año más.

En concreto, Sarasin aboga por votar contra tres puntos del orden del día en la junta. Por un lado, contra la revisión del balance del ejercicio de 2021, ya que no “brindan visibilidad” sobre cómo se han considerado los riesgos climáticos o cómo se han incorporado los propios objetivos climáticos de CRH en sus cuentas.

“Además, no se revela lo que podría significar una ruta de 1,5 grados para la posición financiera de CRH”, afirma Sarasin en una nota.

El fondo también quiere votar contra la resolución número 6.6, que plantea la reelección del presidente del Comité de Auditoría, Shaun Kelly, y contra la número 1, que recoge el informe financiero de la empresa.

“La importancia de las cuentas alineadas con París no puede subestimarse”, dijo Stephanie , directora ejecutiva de IIGCC y vicepresidenta del comité directivo global de Climate Action 100+, a través del que Sarasin emitió su comunicado.

“Sin estos detalles, particularmente para las empresas en industrias vinculadas con las consecuencias a largo plazo del cambio climático, los inversores no pueden conocer el verdadero valor de una empresa ni comprender cómo los futuros riesgos climáticos pueden afectar materialmente sus perspectivas”, criticó.

“Sin esa visibilidad, se les pide a los inversores que den un salto de fe considerable”, insistió Pfeifer.

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