Las claves para alcanzar las emisiones cero en 2050

Un estudio cifra la inversión en energías renovables que se necesita para alcanzar los objetivos de emisiones cero en 2050

Un estudio cifra la inversión en energías renovables que se necesita para alcanzar los objetivos de emisiones cero en 2050

A pesar de que los datos estiman que la financiación global de energías renovables aumentó un 11 por ciento interanual durante el primer semestre de 2022, llegando a alcanzar los 226.000 millones de dólares, el objetivo de alcanzar unas emisiones netas cero en 2050 exigirá que la inversión en energía limpia se cuadruplique de cara a 2030.

Así lo indicaba el último estudio recopilado por BloombergNEF, el proveedor de análisis sobre las tendencias que impulsan la transición hacia una economía con menos emisiones de carbono.

En la actualidad, las energías renovables reciben unos 90 céntimos por cada dólar que se destina a los combustibles fósiles, explicaban los analistas de la firma norteamericana.

Y de acuerdo a estos mismos expertos, esta proporción debe cambiar drásticamente de aquí a 2030, con una media de 4 dólares invertidos en energías renovables por cada dólar destinado a fuentes de energía altamente contaminantes.

Una tarea que puede ser titánica, dado que, hasta la fecha, esa proporción nunca superó la marca de 1:1.

La inversión en energías renovables hasta 2030 es clave de cara al futuro

La investigación del BNEF se llevó a cabo por encargo de la Alianza Financiera de Glasgow para el Net Zero, una coalición de bancos, gestores de activos y aseguradoras que supervisan un total de 135 billones de dólares en activos.

El objetivo de este análisis era determinar el nivel de inversión necesario para alcanzar las emisiones netas cero, limitando así el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 grados.

Y la razón por la que se concluía que es necesario invertir más para lograr estos objetivos, es simple, tal y como describe el Banco Mundial. A mayor inversión, mayor capacidad de crear nuevos proyectos y lograr generar la energía necesaria para abandonar los combustibles fósiles.

Los expertos de BNEF, aun así, dejaron claro su consciencia de que las cifras proyectadas para alcanzar la descarbonización de la economía mundial suponen «una tarea con pocos paralelismos en la historia moderna».

Según el BNEF, la inversión en el sistema energético mundial podría ascender a 114,4 billones de dólares en 2050, a medida que se invierta en fuentes de energía renovable como la eólica y la solar.

Lo realmente importante, no obstante, es que esa inversión se acelere durante esta década, puesto que «es un momento vital para poner en marcha la inversión en la transición energética, y evitar el retraso en la reducción de emisiones», explicaban los analistas del BNEF en su informe.

Un razonamiento que se escuda en las afirmaciones de científicos, que apuntan que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad, antes de 2030, para evitar los efectos catastróficos del cambio climático.

La inversión en combustible fósil sigue creciendo

Si bien la comparativa de inversión en suministros energéticos con bajas emisiones de carbono y la de combustibles fósiles «ofrece una nueva visión sobre cómo las empresas, las organizaciones estatales y no estatales, y las instituciones financieras pueden alinear su actividad de financiación con los escenarios climáticos», de acuerdo a BNEF, los datos de ambas vertientes también muestran una tendencia preocupante.

Y es que, de acuerdo a un estudio dirigido por la organización sin ánimo de lucro, Urgewald, la industria del carbón está dando marcha atrás a sus promesas de eliminar las centrales existentes y detener las nuevas inversiones, provocando que casi la mitad de la industria del carbón está en expansión, con China a la cabeza.

De acuerdo a las cifras recogidas por Urgewald sobre la base de una encuesta realizada a más de 1.000 empresas de carbón, el 46 por ciento de estas compañías sigue desarrollando nuevos activos de carbón, y tan solo 56 empresas han anunciado una fecha de para abandonar definitivamente el carbón.

Una postura que no solo lamentan ONGs, sino también nombres de gran calado en Wall Street, como Goldman Sachs.

Michele Della Vigna, que dirige la investigación de recursos naturales del banco de Wall Street para la región EMEA, calificó el aumento de la financiación al carbón como un «enorme revés» para el clima, y advirtió que la dependencia europea del carbón, e incluso del gasóleo, puede prolongarse más allá de este invierno.

Una advertencia, por cierto, que ya hizo Bill Gates recientemente, al asegurar que, en lo que respecta a las soluciones energéticas para luchar contra el cambio climático, en el mejor de los casos, habrá que esperar 5 o 10 años.

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