40.000M€ en energías renovables en 2023 para sortear la escasez de gas en Europa

La inversión en energías renovables en la Unión Europea debería dispararse hasta los 40.000 millones de euros para compensar la brecha esperada entre demanda y suministro de gas en 2023

Un estudio cifra la inversión en energías renovables que se necesita para alcanzar los objetivos de emisiones cero en 2050

La inversión necesaria en energías renovables en Europa durante el año 2023 para evitar la escasez de gas a largo plazo debería alzarse hasta los 40.000 millones de euros, de acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

La institución internacional publicó en diciembre un informe en colaboración con la Unión Europea en el que analizó la capacidad de los 27 Estados miembros para sortear las amenazas que continúan suponiendo los cortes de suministro de gas por parte de Rusia, y su veredicto fue claro.

A pesar de que en 2022 se logró rebajar la demanda de gas en la UE, 2023 supondrá una prueba «aún más dura» para la resiliencia continental.

Un pronóstico que la institución sostiene en sus perspectivas de que el suministro ruso puede seguir cayendo, de que el suministro de gas natural licuado será escaso, y de que las temperaturas «inusualmente suaves» de principios de invierno podrían no durar mucho.

Por ello, la Agencia Internacional de la Energía señaló diversas medidas que la Unión Europea debería poner en marcha para hacer frente a la posible brecha entre demanda y suministro de gas esperada para 2023, y cifró la inversión necesaria en todas ellas en 100.000 millones de euros.

Una cifra que es «menos de un tercio de los 330.000 millones de euros movilizados el año pasado por los Estados miembros en paquetes de emergencia para proteger a los consumidores de los altos precios», pero que deberían dedicarse prácticamente por completo a invertir en energías renovables, así como a mejoras de la eficiencia, «sobre todo en edificios».

Las energías renovables reivindican su papel como garante del suministro

De acuerdo al informe redactado por la Agencia Internacional de la Energía, los 100.000 millones de euros necesarios para poner en marcha medidas que ayuden a recortar la brecha esperada entre la demanda y el suministro de gas en 2023 «deben movilizarse y gastarse a lo largo del año, y empezarían a generar ahorros inmediatos, gracias a la reducción del gasto en gas natural».

Unos ahorros, asimismo, que seguirían devengándose en los próximos años.

«Las facturas de importación serían más bajas como resultado (de la aplicación de estas medidas)», explicaban desde la IEA.

«Estimamos que se ahorrarían alrededor de 30.000 millones de euros solo este año, y que el ahorro en las facturas de importación superaría en un plazo de dos a tres años a la inversión inicial (de 100.000 millones de euros) necesaria en 2023″, agregaron.

Unas inversiones para acelerar cambios en la demanda de gas que desde la entidad defendieron que «también reduciría la probabilidad de que se vuelva a reclamar a los gobiernos una ayuda de emergencia para proteger a los consumidores de unos precios excesivamente altos«.

Dentro de esta línea de pensamiento, desde la IEA destacaron que «reducir los plazos de concesión de permisos, aumentar la confianza de los inversores mediante incentivos más fuertes y una mayor regulación del mercado, y promover la integración de las energías renovables y los recursos distribuidos» sería una de las acciones más determinantes para responder a la escasez de gas.

«Nuestra previsión de referencia para 2023 es que la generación eólica y solar fotovoltaica en la Unión Europea aumente en más de 80 TWh respecto al año pasado, desplazando unos 12 bcm de gas natural», afirmó el informe de la institución.

La IEA, no obstante, apuntó que tomar medidas adicionales «podría traducirse en otros 55 TWh de producción eólica y solar fotovoltaica«, lo que terminaría desplazando otros 7,5 bcm de gas natural.

Esta tarea, eso sí, requerirá «casi duplicar las adiciones anuales de energía eólica y solar fotovoltaica en 2023», en comparación con sus previsiones de referencia.Una «tarea compleja», al fin y al cabo, para la que la IEA reclamaba una mayor financiación este año.

Desde la entidad, aun así, recordaron que toda propuesta ejecutada para acelerar esta aceleración de las energías renovables debe prepararse «de forma cuidadosa y transparente, con una clara visibilidad de los plazos y con la participación de todas las partes interesadas, a fin de evitar incertidumbre involuntaria entre los inversores«.

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