Meta (Facebook) y Netflix. Dos crash enfermos de mala gobernanza

Meta (Facebook) y Netflix protagonizan los últimos pinchazos en las tecnológicas de Wall Street, pero hay otras promesas de la pandemia, como Zoom o Peloton damnificadas por los números rojos

Algunas de las grandes tecnológicas de Wall Street están dando razones para recuperar en la memoria la palabra ‘crash’, que muchos inversores recordarán con pánico. Meta (Facebook) ha sido el último caso.

La decepción por los resultados anuales de la compañía que lidera Mark Zuckerberg (Facebook ha perdido perdido usuarios por primera vez y la aventura de crear el Metaverso le ha costado 3.000 millones) llevaron a la compañía a perder más de un 20 por ciento en bolsa el jueves; un desplome comparado al de Netflix hace unos días.

Más allá de decepcionar al mercado, ambas empresas comparten otro mal dato: un suspenso total en gobernanza. ISS otorga a ambas la peor calificación posible en esta prueba, según datos de Bloomberg. Y no son las únicas tecnológicas que han ‘pinchado’ en bolsa por decepcionar al mercado con esa calificación.

Zoom o Peloton, dos de las grandes promesas surgidas en la pandemia, también se caracterizan por contar con una estructura de gobierno corporativo defectuosa y la peor nota posible en la calificación en esta materia de ISS.

Tradicionalmente se relaciona la buena gobernanza con rentabilidades positivas a largo plazo y estos crash vendrían, de alguna forma, a añadir datos estadísticos a apoyar esta tesis, que comparte la inversión responsable.

Meta se come la subida en bolsa de un año

Hasta que se hundió esta semana, los títulos del gigante tecnológico de Mark Zuckerberg habían subido cerca de un 30 por ciento, pero con el desplome de este jueves prácticamente habría borrado toda su ventaja.

La cifra de usuarios fue el principal lastre. En el último trimestre se registró la misma actividad que en el anterior, con algo más de 2.900 millones de usuarios, sumando otros tres meses más de ralentización del crecimiento y fuertes pérdidas, por 3.000 millones, en el tercer trimestre por el desarrollo de Metaverso.

Los resultados han sido la última decepción de los inversores de Meta tras su peor año en reputación desde el escándalo de Cambridge Analytica por el que Zuckerberg tuvo que responder incluso ante el Congreso estadounidense.

Las acciones también fueron severamente penalizadas en algunos momentos del año pasado. Por ejemplo, tras la demanda de un grupo de accionistas al considerar que Meta (entonces Facebook) pagó más de lo debido a la Comisión Federal estadounidense para que el caso Cambridge Analytica no salpicara a Zuckerberg, o tras el apagón registrado en octubre en las principales redes sociales del grupo.

“Las acciones tuvieron un ajuste superior. El polémico desarrollo de su plataforma Instagram Kids ha supuesto también una campaña mediática negativa, por lo que el proyecto fue descartado por la polémica generada. El apagón también afectó negativamente al precio y la reputación”, explica un informe del bróker Punto Research.

Centrada en el Metaverso, la nueva prioridad de la hoja de ruta de Zuckeberg, la apuesta del grupo tardará aún en dar sus frutos para el descontento de sus inversores. “Pensamos que deberían prestar atención, pero no inmediatamente. Llevará tiempo que la tecnología evolucione, los costes desciendan y el metaverso goce de una amplia aceptación”, apuntan los analistas de Fidelity en un informe tras los resultados.

Netflix: preludio de un 2022 difícil

Netflix también tiene en la generación de usuarios una de sus asignaturas pendientes. Muchos llevan meses reclamando al fundador, Reed Hastings, un nuevo plan de actuación para revertir la caída libre que la compañía registra en bolsa desde sus máximos en pandemia.

Pero la falta de respuesta ha lastrado el rendimiento de las acciones, que en el último año, han retrocedido un 28 por ciento; un 15 por ciento solo en enero, cuando presentó sus títulos. Para este año, las perspectivas no son muy diferentes.

“La operativa para 2022 y la perspectiva de margen de crecimiento estuvieron muy por debajo de lo que entendimos en nuestras conversaciones con la compañía previas a los resultados”, afirman los analistas de JP Morgan en su último informe sobre Netflix.

“Sus nuevos usuarios netos se reducirán en 2022 drásticamente a menos de 20 millones desde los 24-25 millones que estimaba el consenso”, detallan. En concreto, JP Morgan calculaba en el tercer trimestre que Netflix sumaría 21 millones de usuarios este año, mientras que ahora consideran que añadirá 18 millones a su plataforma. Así, los analistas del banco de inversión descartan que haya “un cambio de tesis o estructural” a largo plazo.

La entrada de Bill Ackman, uno de los rostros conocidos de Wall Street, en el accionariado de Netflix insufló, no obstante, cierto aire a las acciones y se espera que el activista ejerza una mayor presión para que la compañía vuelva a la rentabilidad.

Zoom y Peloton: acciones en mínimos tras el examen a sus cúpulas

Los casos de Zoom y Peloton reflejan cómo el modelo de negocio no es el único apartado que ya tienen en cuenta los mercados.

Ambas compañías basaron su éxito en el efecto ‘estar en casa’. Zoom, una plataforma de videoconferencias, vivió su particular boom durante las restricciones a la movilidad en pandemia. Algo parecido a lo que ocurrió con Peloton, cuyo éxito empresarial radica en ofrecer sesiones de spinning en streaming, así como material deportivo de uso doméstico como bicicletas estáticas.

La reapertura tras los confinamientos ralentizó también su crecimiento en bolsa: en el último año, Zoom ha perdido un 50 por ciento hasta caer a mínimos de abril de 2020, mientras que Peloton ha caído más de un 80 por ciento y ahora cotiza en mínimos desde su salida a bolsa hace dos años. Y aquí inciden de nuevo el déficit que ambas arrastran en ESG.

Zoom ha estado envuelta en distintos escándalos acusada de violar la privacidad de sus millones de usuarios incluso desde los primeros compases de la pandemia. Entonces, su fundador, Eric Yuan, se vio obligado a pedir disculpas después de que la plataforma detuviera una de sus actualizaciones de software más sonadas. 

El año pasado, Zoom arrastró una demanda colectiva de miles de sus usuarios que germinó en una multa de 70 millones de dólares para la compañía. Un golpe que duele más cuando los resultados en bolsa no acompañan.

Similar a la situación que vive Peloton con sus accionistas. El fondo activista Blackwells Capital pidió recientemente la dimisión del director ejecutivo, John Foley, por una serie de prácticas como la contratación de su esposa Jill como vicepresidenta de la división de ropa deportiva. Algo que dejó “graves preocupaciones” sobre el rendimiento de la compañía y los “repetidos fracasos” de Foley, según Blackwells.

“Sorprendentemente, la compañía está hoy peor que antes de la pandemia, con altos costes fijos, inventario excesivo, una estrategia apática, empleados desanimados y miles de accionistas descontentos”, dijo Jason Aintabi, director de inversiones del fondo.

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