Los ratings ESG llegan a la segunda división de la bolsa: el ejemplo de CAF, Metrovacesa y Gestamp

CAF, Metrovacesa y Gestamp son algunas de las cotizadas fuera del IBEX 35 que ya cuentan con alguna calificación en materia de sostenibilidad, pero son un 'rara avis' fuera el principal índice español

La escasez de calificaciones más allá de las empresas de gran capitalización es una de las asignaturas pendientes que aún tiene que resolver la ESG.

En España, por ejemplo, si bien las cotizadas que forman parte del IBEX 35 cuentan casi en su totalidad con ratings ESG, fuera del principal selectivo español no se da la misma situación, lo que supone una desventaja para las compañías de menor tamaño bursátil.

Aunque la menor divulgación de sus riesgos ESG por parte de esas empresas tampoco contribuye, las agencias de calificación, cada vez más concienciadas, están ampliando el foco para concederles espacio a las compañías más pequeñas dentro de la inversión sostenible y responsable (ISR)

Por ello, los ratings están llegando también a valores de la bolsa española que cotizan en mercados de menor tamaño. CAF, Metrovacesa o Gestamp son algunos de los últimos ejemplos.

Ratings todavía bajos

Estas tres compañías han recibido en las últimas semanas la calificación de todo un veterano de la industria ESG, la firma de calificación británica Standard Ethics, que lleva más de dos décadas midiendo los riesgos de un amplio número de empresas.

La metodología de Standard Ethics se basa en una escala de nueve ‘notas’ expresadas en letras. Tanto a CAF como Metrovacesa y Gestamp recibieron la calificación ‘E+’, que corresponde a un rango de empresas “que no son completamente sostenibles” pero que muestran intención de serlo, según explica la agencia.

Sobre CAF, la última en ser calificada, Standard Ethics apunta que el fabricante de trenes “es consciente del negocio en el cual opera, y maneja de forma adecuada los riesgos potenciales del sector”.

CAF elabora, desde 2020, un informe de sostenibilidad anual en el que rinde cuentas sobre las prácticas que ha ido incorporando en el último año. Algo que le sirve para ganar puntos en su rating, ya que su orientación hacia la sostenibilidad se ve “respaldada por la presencia de múltiples políticas ESG” y de información no financiera “conforme” a los estándares globales.

En su debe, le falta ajustar cuentas en los instrumentos de Gobernanza, la ‘G’ de la ESG. “Queda pendiente y es deseable implementar el código ético, potenciándolo con referencias específicas a las directrices internacionales de la ONU, OCDE y UE”, señala Standard Ethics en su nota de calificación.

A mejorar en igualdad e independencia

La agencia británica reconoce, además, que son posibles más implementaciones en la composición del consejo de administración de CAF de aspectos clave como la independencia de la cúpula y la igualdad de género. Esta última es, precisamente, otro de los aspectos a mejorar.

Standard Ethics afirma que el fortalecimiento de los principios de independencia e igualdad de género “sería bienvenido” tanto en la inmobiliaria Metrovacesa como en el fabricante de componentes para automóviles Gestamp, de las que la agencia emitió su calificación a lo largo del pasado abril.

De nuevo, los criterios relacionados con la gobernanza son los que más han pesado para que ambas sean consideradas como empresas que no son completamente sostenibles.

Standard Ethics sí destaca varios aspectos positivos. Sobre Gestamp, señala que su informe no financiero es “avanzado y estandarizado”, y cubre el área de gestión de riesgos de manera adecuada. También ofrece “una buena divulgación” de documentos estratégicos y “comunica importantes objetivos ESG”.

En cuanto a Metrovacesa, la agencia valora que esté abordando los problemas de sostenibilidad en su estrategia corporativa, y que las políticas están en línea y son “adecuadas” con el negocio inmobiliario. “Existen normas ambientales definidas de acuerdo a los objetivos internacionales y presta especial atención a las comunidades locales”, argumenta Standard Ethics.

Para estas empresas, la llegada de los ratings ESG supone ganar tanto en visibilidad como en interés para los inversores. Especialmente cuando su cotización pasa por un momento delicado debido a las convulsiones de los mercados.

CAF y Gestamp, en medio de la crisis de suministros global, han perdido más de un 20 por ciento este año en Bolsa. Metrovacesa, con un sector inmobiliario pendiente de la inflación y las subidas de tipos de interés, ha retrocedido un 7 por ciento desde comienzos del ejercicio.

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