Los avisos de Norges al IBEX

La concentración de poder en un único ejecutivo y la falta de independencia del consejo fueron las dos temáticas que llevaron a Norges a oponerse a un mayor número de nominaciones de consejeros en 2021 en el mundo. El rechazo a las políticas de retribución también aumentó

Norges es uno de los ejemplos de grandes inversores del mundo que más datos aportan sobre la interacción con las empresas de las que es accionista.

Con más de 9.000 cotizadas en cartera, entre ellas grandes empresas del IBEX, como Telefónica, Repsol, Enagás, Iberdrola, BBVA o el Santander, sus opiniones sobre cómo deben ‘comportarse’ las compañías suelen tenerse en cuenta.

Y este jueves el gigante, que gestiona activos por 1,25 billones de euros ha hecho públicas las principales conclusiones de sus políticas de implicación y ejercicio de voto durante 2021.

Sus líneas maestras están muy alineadas con las de 2020, pero insiste en algunas temáticas en las que las empresas españolas todavía cuentan con margen de mejora: la estructura de los sueldos de los grandes ejecutivos, la independencia de los consejos, la separación de roles entre el consejero delegado y el presidente o la diversidad de género; por ejemplo.

«También hicimos un seguimiento a una serie de empresas cuyos planes de remuneración recibieron una amplia oposición por parte de sus accionistas», revela.

Puntos de tensión en las juntas de 2021

Las retribuciones o la separación de poderes fueron algunas de las temáticas que crearon controversia la temporada de juntas de 2021 en España.

El rechazo a las políticas de retribución creció en todos los pesos pesados del IBEX y algunas reelecciones de ejecutivos con amplios poderes, como la de José María Álvarez-Pallete, fueron rechazadas por una parte significativa del capital.

Norges no hizo excepciones y votó en contra de la continuidad del presidente ejecutivo de Telefónica y también de la José Manuel Entrecanales en Acciona. Un aviso para otras que se espera que lleguen esta temporada, como la de Francisco Reynés en Naturgy o la de Antonio Huertas en Mapfre.

El fondo especifica claramente que demanda una separación de poderes efectiva. «Abogamos por una clara separación de roles y responsabilidades entre el presidente y el CEO. Esto es necesario para que el consejo de administración pueda supervisar la gestión de los conflictos de interés», señala.

No es algo que demande solo Norges, sino que cada vez exigen más inversores institucionales, que los proxy recomiendan y que algunas compañías van recogiendo. Por ejemplo, fue la solución que encontró el año pasado Indra para convertir en presidente a Marc Murtra o la que Enagás propone a la junta de este año.

La decisión del Santander de reducir los poderes de Ana Botín de manera que José Antonio Álvarez reporte directamente al consejo también se acercaría más al modelo que demandan los accionistas, aunque todavía estaría lejos de la figura de presidente independiente, que es lo que se considera mejor práctica.

El fondo se opuso a la elección o reelección de 646 presidentes ejecutivos

Para Norges, de hecho, el rechazo a la reelección o elección de un presidente todopoderoso fue el segundo tema al que más se opuso durante la temporada de juntas del año pasado. Votó en contra en 646 ocasiones.

Solo fue más activo rechazando nominaciones de consejeros, cuando trataba de penalizar la falta de independencia tanto del consejo como de los comités. En ese caso, se opuso a 949 candidaturas en 2021.

La diversidad de género también fue otro foco de oposición. Norges, de hecho, fue más exigente en esta temática en las juntas de 2021 que previamente y votó en contra de las nominaciones de los presidentes de la comisión de nombramientos cuando los consejos de las grandes y medianas empresas europeas y estadounidenses no contaban con al menos dos consejeras.

«Esto significa que votamos contra miembros del comité de nominaciones en 142 empresas», explica en su informe de inversión responsable de 2021.

También fue menos complaciente con las políticas de retribuciones. La tasa de rechazo subió al 7,3 por ciento, frente al 6,5 por ciento de 2020.

Un diálogo muy activo

Más allá de cómo votó en la junta, Norges también recoge numerosos ejemplos de cómo afrontó el diálogo activo con sus participadas.

Durante el año pasado se enfocó en siete grandes áreas: efectividad de los consejos, que los remuneraciones que reciben los gestores de la compañía sean adecuados, cómo se utilizan los recursos de capital (por ejemplo, los dividendos), el clima y el medioambiente, los derechos humanos, las medidas anticorrupción y los impuestos.

Estas preocupaciones le llevaron a reunirse con cerca de 1.200 empresas a lo largo del año pasado y con impulsar más de 2.600 reuniones.

La gestión del capital y la política ambiental fueron las temáticas que ocuparon más reuniones. En el primer caso rozaron las 1.000 y en el segundo las 800.

En temas medioambientales, Norges se refiere directamente al Santander como uno de los nombres propios que habrían reaccionado a las políticas de engagement del fondo soberano con la banco. Aunque todos habrían asumido los compromisos net zero, el español habría ido algo más allá señalando objetivos concretos.

«Banco Santander, por ejemplo, se comprometió en 2021 a ser cero neto y fijó el compromiso de eliminar gradualmente la exposición a la minería de carbón término en 2030», especifica.

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