El debate sobre la burbuja verde se reaviva

Las valoraciones son exigentes y la realidad es que muchas de las empresas que ahora cotizan habrán desaparecido en el futuro. Pero también pueden haber llegado para quedarse

En los últimos años, las acciones del sector de la energía limpia han proporcionado miles de millones de dólares de beneficios comerciales a inversores de todo el mundo y han llevado a la creación de docenas de fondos diseñados para crecer de la mano del aumento de los precios.

Desde los fabricantes de vehículos eléctricos como Tesla, a sus rivales menos conocidos, o empresas como QuantumScape. que están desarrollando baterías de iones de litio de próxima generación, o compañías solares como Enphase Energy Inc. llevan tiempo en una única dirección: al alza.

Hasta 2021, las ganancias han sido absurdas, y muchos valores del sector de las energías limpias siguen subiendo más del 100 por 100 desde principios del año pasado. La mayoría de las acciones de las compañías cotizan como si fueran a ser las ganadoras a largo plazo, mientras que la realidad es que algunas de las empresas probablemente desaparecerán en poco tiempo.

El S&P Global Clean Energy Index sube un 85% desde el arranque de 2020

El pionero de la cuantificación, Rob Arnott, participó en un informe publicado en marzo en el que calificaba el repunte de estas acciones como un «gran engaño del mercado».

Si bien no cabe duda de que la tecnología climática es una clase de activos en auge, tampoco cabe duda de que algunos inversores van a salir mal parados persiguiendo compañías con valoraciones de mercado excesivas y ofertas de productos cuestionables.

Intensos flujos de dinero

Los gobiernos, las empresas y demás organizaciones han recaudado más de 740. 000 millones de dólares desde principios de 2020 vendiendo bonos cuyos ingresos se destinan a proyectos «verdes»; los inversores han metido más de 20 000 millones de dólares en fondos cotizados en bolsa de Estados Unidos que replican los mercados de energía limpia; y un fondo de riesgo dirigido por el multimillonario filántropo Bill Gates (en el que también invierte Michael R. Bloomberg) ha destinado miles de millones de dólares al sector.

La financiación de las empresas de baterías y vehículos eléctricos se ha disparado, y la inversión en energía solar y eólica sigue aumentando. Estos son solo algunos de los factores financieros.

El diluvio de flujo de capital ha suscitado dudas sobre si estamos ante una burbuja del mercado. Hay quien afirma que las valoraciones tan elevadas son una clara señal de sobreponderación, mientras que otros afirman que los mercados están destinados a rebotar, pero que la tecnología subyacente de las energías limpias está mejorando constantemente y ha llegado para quedarse.

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