Caixabank: los proxy allanan el camino a la reconciliación con el FROB

La inclusión de objetivos ESG por parte de Caixabank es una de las claves que lleva a los asesores de voto a apoyar la política de retribuciones para 2022-2025

Caixabank celebra este viernes una junta de accionistas en un ambiente menos tenso que la del año pasado; algo que podría ayudar a que el banco y su segundo principal accionista, el FROB, firmaran públicamente la paz en torno a los sueldos de la cúpula de la entidad financiera.

Al menos, la entidad que lidera Gonzalo Gortázar ya ha conseguido que los guardianes de los intereses de los inversores minoritarios, los proxy advisors, apoyen sin fisuras todos y cada uno de los puntos del orden del día que se llevará a votación. Entre ellos, la política de remuneraciones para 2022-2025.

ISS, Glass Lewis y el español Corporance, integrado en la red europea Proxinvest, recomiendan apoyar este documento; algo que no sucedió en la junta de 2021.

Entonces, Corporance recomendó votar en contra del punto «modificación de la política de remuneraciones de los consejeros», en la que se recogía, por ejemplo, el sueldo del presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y no fue el único que se opuso.

Para Caixabank, el golpe más importante vino desde el FROB. El organismo, dependiente del ministerio de Economía, y controla algo más del 16 por ciento del banco, se opuso a la hoja de ruta retributiva post integración, aunque había avisado.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, había criticado previamente la política salarial que se proponía. El contexto era mucho más complicado que el de esta junta, porque el banco, tras la fusión con Bankia, impulsaba un ERE para 8.000 personas.

El resultado fue que un 23,15 por ciento del capital presente en la junta de 2021 votó en contra de dicha propuesta. Y parece que el banco -al menos parcialmente- ha reaccionado. Los importes fijos de los salarios, no obstante, no se mueven.

El efecto reconciliador de los objetivos ESG

A la espera de que el FROB firme públicamente la paz con la política salarial del consejo de administración, uno de los puntos que anima a Corporance a modificar su recomendación de voto es que Caixabank, aunque no ha cambiado el importe de los sueldos, sí ha revisado puntos como los planes de incentivos o incluido métricas ESG en el cálculo de la retribución variable.

«Valoramos positivamente estos cambios y, pese al elevado nivel de compensación de los consejeros ejecutivos en relación al mercado, tanto las aportaciones a planes de pensiones como las indemnizaciones por cese son razonables. En consecuencia, recomendamos el apoyo a la nueva política», señala Corporance en su informe de cara a la junta de este viernes.

En concreto, el 10 por ciento de la retribución variable estará ligada a objetivos sostenibles (ESG); algo que es una novedad respecto a 2021.

También crecen en representatividad las referencias al ROTE (retorno sobre el capital tangible), RAF (Risk appetite framework) y el REC (Ratio de eficiencia core), que ahora pesarán un 20 por ciento, frente al 10 por ciento del año pasado, tal como recoge Institutional Shareholder Services (ISS) en su informe de proxy voting.

El mayor asesor de voto del mundo recomienda apoyar este punto y también todos los demás que se someterán a la junta el viernes. Un consejo que también otorga Glass Lewis.

Glass Lewis teme el consejo no esté enfocando correctamente la sucesión

Este último, no obstante, destaca algunas cuestiones a seguir por los inversores de cara al futuro. «Advertimos que la compañía podría ofrecer retribución variable para nuevos fichajes en casos excepcionales», señala Glass Lewis en su informe de proxy voting.

«Pensamos que la necesidad de contar con ‘bienvenidas de oro’ podría ser un indicio de que el consejo está dando una atención inadecuada a los planes de sucesión», apunta Glass.

La diferencia Gual-Goirigolzarri

El punto que generó más fricción en 2021 estuvo ligado al cambio de presidencia. La propuesta que se llevó a la junta contemplaba una retribución superior para José Ignacio Goirigolzarri que para Jordi Gual.

El presidente de la Caixabank previo a la fusión con Bankia, no contaba con responsabilidades ejecutivas y el salario que se votó en la junta del año pasado era una 65 por ciento superior al de Gual y casi el triple de lo que cobraba Goirigolzarri como presidente de Bankia.

En Bankia, su sueldo fijo estuvo durante muchos años limitado a 500.000 euros por liderar una entidad que había sido rescatada con dinero público.

En la junta de 2021, los accionistas -con la oposición del FROB- aprobaron que la retribución fija en metálico del presidente ejecutivo, se situara en 1,65 millones; muy por encima de los 500.000 euros. Mientras, la del consejero delegado, Gonzalo Gortázar, se mantuvo en 2,26 millones; el mismo importe de 2020.

Las cifras son similares de cara a 2022, aunque los proxy reconocen que son elevadas si se compara con la media.

«La remuneración de los ejecutivos es sustancialmente superior a la práctica del mercado; sin embargo, la remuneración variable no podrá superar en ningún momento el 200 por ciento del componente fijo y la política contiene mejoras significativas», recoge Corporance en su informe de voto.

No obstante, puntualiza que el consejo «ya no tiene la facultad discrecional de ajustar el bonus de los ejecutivos. En su lugar, se han establecido cuatro métricas transparentes para ajustar a la baja la parte variable, incluyendo la sostenibilidad (25 por ciento)», señala.

«Por todo lo anterior, recomendamos que los accionistas apoyen esta propuesta», concluye el asesor de voto español.

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