BBVA acorta distancias con Santander en deuda verde y Caixabank se refuerza en crédito

La guerra en Ucrania no ha dejado indiferente a nadie y también ha tenido sus repercusiones en el mercado de financiación verde, en el que tanto Banco Santander, como BBVA, como Caixabank juegan en la liga internacional.

A pesar de los fuertes compromisos en financiación sostenibles que se han registrado en los últimos meses, la financiación para proyectos verdes se redujo un 1,7 por ciento en los seis primeros meses del año, hasta los 248.600 millones de dólares, de acuerdo con datos de Bloomberg.

No obstante, la contracción del crédito para los sectores del carbón, gas y de petróleo fue todavía más significativa y se habría contraído en un 21 por ciento en la primera mitad de 2022.

BBVA y Santander, más cerca este año

Los dos mayores bancos españoles caminan más de la mano este año que en 2021 en el mercado de deuda verde. En la primera mitad del ejercicio, el Santander habría participado en operaciones valoradas en 2.789 millones de dólares, colocándose en el puesto 28 de la liga mundial de Bloomberg.

El BBVA se habría quedado cerca de la entidad que lidera Ana Botín, con la intermediación de operaciones por 2.560 millones de dólares y colocándose en el puesto 31 de la clasificación mundial.

Para el banco que preside Carlos Torres este puesto mejora su posición en 2021, cuando cerró el ejercicio en el puesto 34 y una cuota de mercado del 0,81 por ciento; frente al 1,03 por ciento actual.

En el caso de Banco Santander, sin embargo, la posición es peor que la 2021, cuando se colocó en el ‘top 15’ mundial. El volumen de operaciones cerradas en bonos verdes en 2021 alcanzó los 9.625 millones de dólares.

Tanto Santander como BBVA están siendo muy activos en financiación sostenible y ambos han facilitado al mercado objetivos concretos en este sentido. El segundo, además, dejo la puerta abierta hace pocos días a una nueva revisión al alza de los mismos, después de mejorarlos en julio de 2021.

El Santander, por su parte, amplió sus compromisos sostenibles al negocio de fondos de inversión y banca privada en enero y ambos continúan tratando de desarrollar negocio ligado a la sostenibilidad.

Por ejemplo, este lunes, el BBVA anunciaba su incorporación como miembro fundador de la plataforma Carbonplace, que entrará en funcionamiento a finales del año y donde se podrán intercambiar derechos de emisiones de forma voluntaria. Para validarlos, contará con tecnología blockchain.

Con Carbonplace las compañías que quieran compensar su huella de forma voluntaria podrán comprar créditos con el objetivo de rebajar su impacto medioambiental y también podrán venderlos aquellas que cuenten con exceso. El BBVA ofrecerá acceso a esta plataforma a sus clientes.

Es el único banco español en la iniciativa, en la que también participan entidades como Itaú, BNP Paribas, UBS o Standard Chartered.

Caixabank, plata mundial en otro ring

Si los dos bancos internacionales españoles caminan muy de la mano en el mercado de deuda verde, Caixabank se destaca en solitario en el del crédito; mejorando su posición de hace unos meses.

Según Bloomberg, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri, es en este momento el segundo banco del mundo en firma de crédito verde; solo por detrás de Sumitomo Mitsui y con más de 1.800 millones de dólares firmados a lo largo del primer semestre.

El banco ha incluido la financiación sostenible dentro de su nuevo plan estratégico y se ha fijado el objetivo de intermediar financiación sostenible por 64.000 millones de euros.

El crédito es el grueso de esa cifra es crédito. En concreto, 53.120 millones). Para el negocio de empresas y banca de inversión (dejando fuera la participación como emisor en el mercado de bonos) prevé destinar aproximadamente unos 46.750 millones.

Además, este fin de semana Goirigolzarri, durante su participación en Bilbao dentro de su intervención en el XXVI Foro España-Estados Unidos celebrado en la Universidad de Deusto, recordó que el compromiso de descarbonización (Net Zero) asumido por CaixaBank supondrá reducir “de manera muy importante” la financiación a empresas contaminantes hasta el año 2050.

No obstante, en este momento los criterios de riesgos de la entidad para aprobar operaciones ya incluyen criterios medioambientales, de acuerdo con el presidente de Caixabank.