Así se mueven Repsol, Naturgy e Iberdrola para aprovechar el ‘boom’ verde de Joe Biden

Enagás y Red Eléctrica también contemplan crecer en ese mercado para aprovechar la necesidad de Estados Unidos de mejorar sus infraestructuras energéticas

Las grandes energéticas españolas acaban de cerrar una semana clave para afianzar su crecimiento a futuro. Dos de ellas, Repsol e Iberdrola, han sellado operaciones -de diferente naturaleza- sobre las que van a construir los próximos pasos de su expansión en Estados Unidos.

Un mercado que se ha convertido en estratégico por dos motivos: porque pese a su tamaño, el mercado energético estadounidense va por detrás en cuanto a despliegue renovable, en comparación, por ejemplo, con la Unión Europea y Reino Unido.

También, y sobre todo, porque el presidente Joe Biden se ha comprometido a desarrollar un plan de infraestructuras, valorado en más de 2 billones de dólares, que va a tener la energía ‘verde’ como uno de sus pilares estratégicos.

Y ahí, en esa combinación de necesidades de inversión y oportunidades de crecimiento, Repsol acaba de sellar su primera compra ‘verde’ en este mercado -y uno de sus primeros pasos internacionales en materia de renovables- e Iberdrola una megaampliación de capital de su filial.

Unos movimientos que no son una gota en el desierto, porque se suman al ya realizado a principios de 2021 por Naturgy, que también selló su desembarco en este país, coincidiendo precisamente con la llegada de Biden a la Casa Blanca.

Sin olvidar que Enagás, el gestor de la red gasista participado por la SEPI, también ha apostado en los últimos años por ese país -cuando aún estaba Donald Trump en la presidencia- con la perspectiva de las exigencias de inversión en infraestructuras que va a necesitar ese mercado. 

Biden va a suponer un cambio de ciclo

Las compañías reconocen que Estados Unidos va a ser un mercado clave para los próximos años. Hay que estar allí y hay que fortalecerse, vía compras y con empresas locales, que faciliten el desarrollo y la elegibilidad a la hora de participar en concursos.

No en vano, Biden quiere convertir las renovables en uno de sus pilares de creación de empleo y el ‘made in America’ va a ser vital a la hora de optar a contratos, lo que convierte en esencial la presencia de compañías extranjeras vía participadas locales.

Y va a haber menos trabas para operar y crecer. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, reconoció en la última presentación de resultados con analistas, que el mercado estadounidense va a ser fundamental en el desarrollo no sólo de la fotovoltaica o la eólica terrestre, también de la marina.

Un proceso, en el que aseguró Galán, bajo la Administración demócrata va a ser más sencillo y ágil conseguir los permisos de construcción y agilizar los plazos. Algo esencial en proyectos que tardan cerca de una década en desarrollarse y estar operativos.

Iberdrola acelera con Avangrid

Precisamente, esta semana Iberdrola ha logrado el visto bueno para poner en marcha su primer parque marino en el país, en el estado de Massachusetts, que operará a través de su participada Avangrid.

El proyecto Vineyard Wind 1 va a suponer una inversión de 2.500 millones de dólares, permitirá crear 3.600 empleos y generar cerca de 800 MW ‘verdes’, que equivale al consumo anual de 400.000 hogares.

Estará situado a 15 millas de la costa de Martha’s Vineyard, considerada una de las zonas más exclusivas de la Costa Este, donde tienen casa, entre otros, el expresidente Barack Obama.

La autorización a este desarrollo ‘offshore’ de la filial coincide con una ampliación de capital por valor de 4.000 millones de dólares de Avangrid, en un 80% suscrita por Iberdrola. El resto, por Qatar Investment Authority, que es el principal accionista de la energética vasca con el 8,7% del accionariado y entra ahora entra también en el capital de la filial

Con esos fondos, Iberdrola persigue atar el crecimiento de su negocio norteamericano y financiar su última adquisición, la de PNM Resources, sellada a finales del pasado año. Con ella, la compañía española buscaba afianzarse más allá de la costa atlántica norteamericana y crecer en otros Estados como Texas y Nuevo México.

Repsol y Naturgy dan sus primeros pasos

Tras Iberdrola, las dos energéticas que han pisado el acelerador en Estados Unidos han sido Repsol y Naturgy. Ambas con operaciones de, aparentemente, menor calado que el despliegue de Avangrid, pero que les permiten contar con una cartera de proyectos y la posibilidad de acceder a nuevos contratos y subastas.

La compañía dirigida por Josu Jon Imaz ha adquirido el 40% de Hecate Energy, con la opción de llegar al 100% en tres años. La compra ronda los 250 millones de euros y le permite tener acceso a una cartera de 40 GW de los que casi la mitad son renovables.

Este movimiento no significa que Repsol ‘aterrice’ ahora en Estados Unidos. Estaba, pero en el negocio de los hidrocarburos tradicionales. Un negocio que va perdiendo foco por la exigencia de la petrolera de ser neutral en carbono en 2050. 

En ese mercado tiene una capacidad de 10 millones de barriles de crudo y otros 36 equivalentes de gas, con presencia en Alaska y en el Golfo de México. 

En el caso de Naturgy, sí que acaba de dar su primer paso en ese país. Lo hizo este enero con la adquisición del 100% de los intereses económicos en Hamel Renewables, una plataforma de desarrollo de energía solar y almacenamiento

Esta operación alcanza los 8 GW solares y otros 4,6 de almacenamiento que estarían operativos antes de 2026. Además, conlleva una intención de inversión de 1.800 millones de dólares. 

Operaciones por delante

Es decir, vienen más pasos en el futuro. También está la puerta abierta para Enagás, que hace dos años entró en el accionariado de Tallgras, que gestiona una red de gasoductos y oleoductos que, no están directamente vinculados con las renovables, pero que sí van a ser claves a futuro, por las necesidades de inversión en infraestructuras energéticas.

De hecho, su presidente, Antonio Llardén reconocido este mes de febrero que la compañía está muy “atenta” a las oportunidades de inversión que se puedan abrir en ese país. 

De momento, quien no ha movido ficha es Red Eléctrica, aunque su anterior presidente, Jordi Sevilla sí que aseguró que la compañía -también participada por la SEPI- estaba barajando opciones en el mercado norteamericano. 

De momento, el plan de inversión de Biden sigue siendo una incógnita, más allá de las grandes cifras e intenciones, pero tiene que acelerarse en el corto o medio plazo porque la ventana de oportunidad del presidente demócrata son los próximos dos años.

En noviembre de 2022 serán las elecciones de mitad de su mandato y ahí los demócratas pueden perder el control del Senado y, con él las opciones de acelerar en renovables si se volvieran a los planteamientos a favor de los hidrocarburos fósiles de la ‘era Trump’.

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