Finanzas conductuales o cómo la capacidad de las mujeres de manejar emociones redunda en mejores inversiones 

La jornada ‘AVANZA. Mujeres y Finanzas’ señala la importancia de comprender el funcionamiento del cerebro humano -y sus sesgos- como clave para tomar las mejores decisiones financieras

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Crisis del petróleo, 1973. Los mercados se desploman un 40%. ¿Qué hacen los inversores? Un grupo vende, otro mantiene, un tercero aumenta su inversión. El resultado, con datos históricos de serie, muestra que, a igual capital invertido, los primeros perdieron un 40%, los segundos mejoraron su posición inicial un 74 % mientras que los terceros, los grandes ganadores, levantaron un 113,1%.

En base a qué tomaron estas decisiones tan diferentes -y con resultados tan dispares- no hay que buscarlo solo en nuestra mente racional, sino también en las emociones, los instintos, la personalidad o la conducta, todos ellos factores durante mucho tiempo ignorados en la teoría económica y que hoy se estudian para analizar el comportamiento de los inversores en lo que se conoce como finanzas conductuales.

Así, y aceptando el papel del cerebro límbico en la toma de decisiones y que la psicología puede llegar a explicar mejor las decisiones financieras que las matemáticas o la economía, como bien demostró el recientemente fallecido Daniel Kahneman, que recibió un premio Nobel de economía siendo psicólogo por sus estudios en este ámbito, podemos dividir a aquellos inversores de 1973 en tres grupos: emotivos, racionales y con estrategia.

Los primeros pensaron rápido y huyeron. Los segundos pensaron despacio y mantuvieron. Los terceros, seguramente mejor asesorados, vieron la crisis del petróleo como una oportunidad. Y ganaron.

La reflexión es de Mónica Alguacil, family banker y team manager en Banco Mediolanum, durante la jornada AVANZA. Mujeres y Finanzas, organizada por la Asociación Europea de Planificación Financiera, EFPA España, junto a Banco Mediolanum, Mapfre, J.P. Morgan AM y Economía Digital Andalucía en el Salón Real del Hotel Alfonso XIII de Sevilla.

Con un planteamiento muy didáctico, su ponencia ‘Finanzas conductuales’, deja un mensaje claro: la precipitación juega malas pasadas, mientras que la reflexión y el temple, ese “pensar despacio” que proponía Kahneman, aportan ventajas competitivas. Y en estas facetas las mujeres parten de una mejor posición de salida.

Mujeres y finanzas

“Las mujeres somos más prudentes a la hora de invertir que los hombres, mantenemos un mayor porcentaje de liquidez en las carteras de nuestros clientes, somos más aversas al riesgo y pensamos más en el largo plazo”, explicaba por su parte Andrea Carreras-Candi, directora nacional de EFPA y encargada de la presentación de los resultados del estudio Mujeres y Finanzas.

Tras las sesiones desarrolladas en Vigo y Valencia de estas jornadas, la capital hispalense se convertía en la tercera parada del tour. Ante dos centenares de personas, Carreras-Candi desgranó el papel creciente de las mujeres en la toma de decisiones que afectan a las finanzas personales y familiares.

En este sentido, y como se desprende de las conclusiones del estudio, las mujeres son clave en las grandes decisiones de finanzas que se toman en el ámbito familiar, entre ellos la educación de sus hijos, la compra de vivienda, el ahorro para la jubilación y, por supuesto, la búsqueda de independencia económica.

El evento, presentado la periodista económica y consultora de comunicación Lidia Velasco, repasó las cifras que definen la foto actual de las mujeres en el sector de las finanzas.

“Lo que no son cuentas son cuentos”, recordó. Un 11% más de mujeres que hombres tienen grado universitario superior. Aun así, sigue siendo necesaria la lucha por terminar con la brecha salarial y la falta de representación en posiciones de liderazgo, que no se corresponden con este dato.

“Pensar en femenino hace ser más pacientes, más perfeccionistas y tomar decisiones con más tranquilidad y consciencia de beneficios y riesgos”

Pilar Martí-Fluxa

La jornada se remató con una mesa redonda donde intervinieron Cristina Alonso, family banker y group manager en Banco Mediolanum; Fátima Roldán, manager en Mapfre, y Pilar Martí-Fluxa, executive director en J. P. Morgan AM que abordó las diferencias entre hombres y mujeres en el negocio de las finanzas.

Para Fátima Roldán, el rasgo diferenciador pasa por una “mayor empatía y reflexión y, a consecuencia, mejor planificación”.

En la misma línea, Pilar Martí-Fluxa sostenía que “pensar en femenino hace ser más pacientes, más perfeccionistas y tomar decisiones con más tranquilidad y consciencia de beneficios y riesgos”.

Por su parte, y según su experiencia liderando un equipo donde trabajan juntos hombres y mujeres, Cristina Alonso quiso destacar que “son ellas las que más dedican a la preparación de la cita con el cliente y quienes brillan por su atención y cuidado del detalle”.

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