Ralph Elder: «Los bonos municipales ofrecen rentabilidad y descorrelación»

La gestora del banco estadounidense defiende el interés de uno de los productos más diferenciales del mercado español, su fondo de bonos municipales americanos, una cartera para sortear la difícil situación del mercado de deuda, marcado por el giro en la política monetaria.

Ralph Elder, director general para Iberia y Latam de BNY Mellon IM

¿Qué son los bonos municipales?

Es un activo que puede parecer un poco alienígena para inversores europeos pero no es tan complicado y se utiliza mucho como refugio en los Estados Unidos. Básicamente, estamos hablando de títulos que emiten las ciudades, los municipios y los condados para financiar sus proyectos de infraestructuras. Casi todos los estadounidenses los tienen en cartera. Allí es un activo muy antiguo y casi estructural. De hecho, el primer bono municipal lo emitió el estado de Nueva York en 1812 para financiar un canal. Eso ocurrió diez años antes de que naciera el primer bono del gobierno americano. Y se trata de un mercado enorme, de casi 4 billones de dólares, más grande que la deuda emergente. Para nosotros es una solución alternativa al mercado de renta fija tradicional. 

¿Qué aportan los bonos municipales estadounidenses a la cartera de un inversor europeo?

Lo primero, rentabilidad. La TIR actual está alrededor del dos por ciento, comparado con un bund que ofrece retornos negativos o la menor rentabilidad de los bonos corporativos. Segundo, esa rentabilidad no se obtiene sacrificando calidad, porque la calidad media del activo es de AA+. Y, luego, la seguridad, porque desde los años 80 los impagos están alrededor de unos 10 puntos básicos. Cuando comparas eso con los impagos del crédito global, que es de unos 200 puntos básicos, es muy interesante. Y, finalmente, para un inversor en Europa, ofrece descorrelación con el resto de su cartera de renta fija. Asimismo, con todo el interés en los productos temáticos, este fondo permite invertir en infraestructuras de los Estados Unidos, pero con el riesgo de la renta fija.

¿Qué tipo de proyectos se están financiando con estos bonos?

Estos proyectos se dividen en cuatro bloques. Primero, infraestructuras de transporte (puertos, aeropuertos, peajes, túneles, puentes, etc.). Luego, está la parte de energía (distribución de electricidad, gas natural, parques eólicos, etc.). Asimismo, la infraestructura social (hospitales, centros deportivos, colegios, universidades, etc). Y, finalmente, el tratamiento de agua.

En los Estados Unidos hay mucha necesidad de inversión en ese sentido.

Sí, el 50 por ciento de los puentes necesitan algún tipo de reforma; lo mismo que ocurre con el 70 por ciento de los aeropuertos. Hay una necesidad enorme de inversión en infraestructuras y los planes de Biden ayudan en este contexto. 

¿Qué horizonte temporal debe tener quien desee invertir en este activo?

Son proyectos que tienen duraciones largas. Pero, en general, cuando invertimos en fondos hay que tener un horizonte temporal un poco más largo. Los gestores buscan ideas para invertir a medio largo plazo. Por eso, cuando hay volatilidad en el corto, no deberíamos usar los fondos como si fueran acciones. Cuando hay miedo en el mercado, no hay que sacar el dinero porque es cuando el gestor está viendo oportunidades.

Más allá de que se trate de una estrategia de largo plazo, ¿es una inversión interesante con la política monetaria actual?

Es un activo que, dentro de que se trata de renta fija, típicamente lo hace bastante bien en dos entornos: subidas de tipos y subidas de impuestos. Y eso es porque hay una parte grande de este mercado que está libre de impuestos, una característica que, también fuera de EEUU, puede beneficiar.

Ya hemos visto las ventajas del producto, pero ¿qué riesgos acarrea?

Yo destacaría dos. En primer lugar, que estamos hablando de un activo nuevo para inversores en Europa y la falta de conocimiento en sí es un riesgo. El otro gran peligro, y es un peligro entre comillas, es que el inversor típico, más del 70 por ciento, es cliente final. Y eso implica que, aunque normalmente tiene una volatilidad bastante reducida, hay momentos en que se dispara muchísimo. Normalmente, no es porque el activo en sí sea el objeto del miedo sino porque el inversor está metiendo el dinero bajo el colchón. Si bien, cabe decir que también suele ser de los primeros activos que recibe flujos de nuevo. Suele tener recuperaciones en formato ‘v’. Y ese momento de volatilidad suele ser un muy buen punto de entrada.

Pero, para aprovechar esos momentos, hace falta ser un experto en la materia, ¿qué trayectoria tiene el equipo gestor para afrontar ese tipo de situaciones?

El fondo nació en 2017 y ya gestiona más de 1.000 millones de euros. Es un fondo grande y hecho para el cliente internacional. Pero la boutique que lo gestiona lleva desde 1993 invirtiendo en bonos municipales, con 24.000 millones de dólares en bonos municipales bajo gestión. Por su parte, BNY Mellon es una de las gestoras más grandes del mundo mirando este tipo de activo. Gestionamos 50.000 millones de dólares en bonos municipales. El equipo de gestión no lleva desde 1993 pero la media de experiencia de sus miembros es de más de 20 años. 

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