Mercados fuertes, riesgos latentes: así encaran 2026 las gestoras

Eurozin, Mapfre AM, Afi y Caixabank AM analizan un ciclo que resiste pese a los riesgos

Gestores y analistas debaten las claves macroeconómicas y de inversión de cara a 2026, entre crecimiento moderado, riesgos latentes y oportunidades selectivas.

Por qué importa: Tras un año lleno de riesgos geopolíticos, aranceles y tensiones monetarias, los mercados cierran 2025 con fortaleza. La pregunta ya no es qué ha salido mal, sino cómo gestionar expectativas cada vez más exigentes de cara a 2026.

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La revista Inversión reunió a Javier Lendines, director general de inversiones en Mapfre AM; David Cano, socio de Afi Inversiones Globales; Jaime Garrido, director de información de mercados, y estrategia de inversión en Caixabank AM, y Bruno Patain, responsable de desarrollo de negocio en Eurizon. Fue un diálogo sin guion rígido y, precisamente por eso, revelador: un repaso a un año (2025) que ha desafiado previsiones, resistido turbulencias y alimentado un optimismo más firme de lo que sugerían los titulares. 

Los participantes coincidieron en la paradoja central de 2025: un ejercicio lleno de sobresaltos que, sin embargo, concluye con mercados fuertes, actividad resistente y un ciclo que se sostiene con una naturalidad inesperada. Como resumió Lendines, «ha pasado de todo, pero al final parece que no ha pasado nada».

Las grandes gestoras coinciden: el 2025 sorprendió y el 2026 exigirá cautela y selección rigurosa

Para Cano, lo más llamativo no fue la sorpresa, sino lo contrario: la precisión inusual de las previsiones. El crecimiento global se ha comportado de acuerdo con el guion esperado y ni la escalada arancelaria ni el temor a una guerra comercial han logrado alterar el pulso de la actividad. El impacto final ha sido más moderado de lo que anticipaban los analistas, en buena medida porque no se produjo la temida cadena de represalias comerciales. 

Europa también llega a finales de año en mejor posición que la prevista. La inflación se ha estabilizado en torno al 2 %, el BCE ha completado el ciclo de bajadas y, en opinión de Cano, el próximo movimiento será previsiblemente al alza, aunque no en 2026. En Estados Unidos, la política monetaria expansiva y la pausa en la reducción del balance de la Reserva Federal han contribuido a sostener una actividad que vuelve a demostrar resiliencia.

La mesa subrayó además la creciente divergencia entre Estados Unidos y el resto del mundo. Como señaló Garrido, «lo que pasa en Estados Unidos se queda en Estados Unidos», mientras Europa avanza con un ritmo propio apoyado en la normalización energética y en la recuperación de sectores industriales clave.

En un contexto de crecimiento del PIB cercano al 3 %, inflación del 3 % y beneficios empresariales avanzando un 10 %, la renta variable global ha ido más lejos de lo que justifican sus fundamentales. Con subidas cercanas al 20 %, los índices han ampliado valoraciones, especialmente en Estados Unidos, donde el PER se sitúa ya por encima de la media histórica. Esto no ha impedido que algunas gestoras mantengan posiciones largas. 

Garrido reconoció que Caixabank AM continúa sobreponderada en renta variable estadounidense y en activos de riesgo, aun con la vista puesta en cuándo reducir esa exposición. El consenso fue claro: el avance reciente se apoya en expectativas muy exigentes, sobre todo alrededor de las grandes tecnológicas que lideran la carrera de la inteligencia artificial.

El reto inmediato consiste en identificar qué compañías capturarán realmente los aumentos de productividad asociados a la IA y evaluar si el mercado descuenta retornos demasiado optimistas.

Prudencia sin pesimismo

Los CIO coincidieron en que la IA será un motor relevante de productividad a medio plazo, pero también señalaron que el volumen de inversiones anunciado por los grandes hiperescalares introduce un elemento de tensión. Si esos proyectos no generan los retornos previstos, advirtió Cano, la deuda utilizada para financiarlos puede convertirse en un riesgo sistémico. Y si salen bien, la brecha competitiva entre Estados Unidos y Europa podría ampliarse aún más. 

La conversación derivó en la diferencia estructural entre ambos mercados: la capacidad estadounidense para canalizar ahorro privado hacia equity, la profundidad de su mercado de capitales y la facilidad con la que incluso empresas pequeñas acceden a financiación. «Ojalá tuviéramos en Europa empresas tan buenas como Nvidia», lamentó Lendines, destacando la importancia de mejorar la educación financiera y fomentar la inversión en mercados locales.

Aunque la inflación europea parece controlada, Estados Unidos muestra una combinación más delicada: aranceles, tensiones salariales, posible reducción de la inmigración y política monetaria expansiva. Garrido advirtió de que subestimar el efecto de los aranceles puede ser un error: «o lo pagan los ciudadanos o lo pagan las empresas vía márgenes». Con múltiplos tan exigentes, cualquier erosión de beneficios puede derivar en correcciones rápidas.

El observatorio de la revista Inversión ve riesgos acotados para 2026, pero advierte sobre inflación y deuda

Los riesgos para 2026 son variados, aunque ninguno apunta a un vuelco del ciclo. Entre ellos: un posible aumento de impagos en determinados fondos de private debt estadounidenses debido a estándares crediticios relajados; un eventual rebrote inflacionario si coinciden aranceles, presiones salariales y expansión monetaria; una sobreinversión en IA que no se traduzca en retornos suficientes; y la volatilidad latente, visible en episodios como el cryptocrash de octubre a noviembre. 

Aun así, el tono final fue prudente sin caer en el pesimismo: la economía global mantiene bases razonablemente firmes para afrontar 2026 con crecimiento moderado y mercados estables, aunque menos exuberantes que los de 2025.

En el cierre, Lendines expresó su deseo de que 2026 sea «el año de la aceleración económica» en Europa. Garrido resumió la estrategia óptima en una frase: «cautela sin caer en el pesimismo». Cano recordó que el ejercicio que termina ha sido excepcional y no debe confundirse con la norma: «no es normal que la bolsa suba un 20 %, que la renta fija gane dinero y que la volatilidad desaparezca». 

La conclusión común invitó a disfrutar del momento sin renunciar a la disciplina y la diversificación. «Carpe diem», dijo Lendines. «Ya habrá tiempo de preocuparse».

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