Dónde invertir antes de 2026: Ibercaja, Fidelity y DEPAM dan las claves

Raquel Blázquez, Pilar García Germán y Víctor Asensi coinciden en que los inversores deben equilibrar riesgo y rentabilidad, sin renunciar a la renta variable ni a las oportunidades en fija

Las claves para llegar a 2026 bien posicionado consisten en diversificar carteras, equilibrar riesgo y rentabilidad y mantener disciplina inversora ante un entorno cambiante.

  • Por qué importa: En un contexto de tipos altos, volatilidad y menor crecimiento, las decisiones de inversión para 2026 se centran en la búsqueda de rentas recurrentes, diversificación y disciplina inversora.
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El Observatorio Ibercaja, organizado junto a la revista Inversión, reunió a tres voces de referencia del sector: Raquel Blázquez, CIO de GDC en Ibercaja Gestión; Pilar García Germán, directora de ventas en Fidelity International; y Víctor Asensi, director para España y Latinoamérica en DEPAM.

El encuentro, moderado por el periodista de Inversión Ismael García, abordó los dilemas más frecuentes de los inversores españoles en un contexto marcado por la incertidumbre económica, la volatilidad de los mercados y la búsqueda de rentas estables.

Renta fija con protagonismo renovado

Blázquez destacó que el inversor español mantiene un perfil mayoritariamente conservador, centrado en preservar capital y obtener rentabilidad con bajo riesgo. Las carteras de renta fija diversificada siguen siendo las más demandadas, combinando deuda soberana y crédito corporativo con duraciones moderadas y tires brutas en torno al 3,3 %.

«La clave está en diversificar la renta fija, equilibrando deuda pública y privada y aprovechando la ventana actual de tipos altos», señaló. Para perfiles más dinámicos, la alternativa pasa por carteras mixtas que integran renta variable y estrategias globales.

No renunciar a la renta variable

Para García Germán, la renta variable sigue siendo esencial en las carteras de largo plazo. «La renta fija ya no es tan fija; la volatilidad existe y la diversificación es fundamental». Recomendó mantener exposición a bolsa, especialmente en compañías de calidad con dividendos estables, como Unilever, que reducen la volatilidad y protegen frente a fases bajistas.

Asensi, por su parte, subrayó el atractivo del crédito investment grade europeo y la deuda subordinada financiera, que ofrecen cupones interesantes para inversores conservadores.

Rentas recurrentes y eficiencia fiscal

El auge de las estrategias de renta recurrente fue otro de los ejes del debate. Blázquez subrayó que el fondo de inversión sigue siendo el vehículo más eficiente desde el punto de vista fiscal, al permitir la reinversión de dividendos con ventajas tributarias.

Asensi añadió que las socimis europeas mantienen rentabilidades atractivas —entre el 5 % y el 6 %— y ventajas fiscales que las hacen idóneas para quienes buscan ingresos periódicos.

Jóvenes inversores y tendencias globales

El debate se centró también en la nueva generación de inversores, más digital y con horizontes de largo plazo. Asensi recomendó apostar por tendencias estructurales como la ciberseguridad, la salud o los pagos digitales, mientras Blázquez insistió en la necesidad de educación financiera desde edades tempranas.

«El horizonte temporal de los jóvenes es largo, y eso les permite absorber volatilidad», afirmó. García añadió un mensaje de paciencia: «La tecnología debe estar en cualquier cartera a largo plazo. Cualquier compañía que no innove quedará fuera del mercado».

Selección y prudencia

En la parte final, los expertos señalaron los sectores con mejor potencial: salud, tecnología y financiero. Blázquez destacó el atractivo del sector farmacéutico; Asensi, la innovación tecnológica estadounidense; y García, el equilibrio entre tecnología y gestión patrimonial.

La conclusión fue unánime: cautela, gestión activa y diversificación. «Hay que gestionar con prudencia y diversificar muy bien, porque momentos de volatilidad tendremos seguro de aquí a final de año», resumió Blázquez.

  • Claves para 2026: Diversificar carteras, equilibrar riesgo y rentabilidad y mantener disciplina inversora ante un entorno cambiante.

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