Las stablecoins antes parecían cosa del pasado. Ahora son una obsesión en Washington. Se trata de una variante especial de las criptomonedas. A diferencia del bitcoin o de las innumerables memecoins, que se negocian de forma descontrolada, cuyos valores suben y bajan según las fluctuaciones del mercado, se supone que las versiones más populares de estos tokens digitales siempre valen un dólar cada una.

Impulsaron el auge de las criptomonedas durante la pandemia al ofrecer a los inversores un sustituto digital del efectivo. Sus defensores las promocionaron como el futuro del dinero. Sin embargo, tras el colapso de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX en 2022, desaparecieron del radar de muchos, junto con el resto de las criptomonedas.