Presupuestos del Estado: los locos años 20 y el burro flautista

EL AÑO POR DELANTE ● Como en la famosa fábula del flautista, el Gobierno logra cuadrar las cuentas. Pero el problema es cuánto durará la suerte

Cuando se analizan los Presupuestos Generales del Estado para el año siguiente, siempre nos suelen resultar optimistas, puesto que el realismo no parece conveniente a quien los elabora, por razones obvias. Ya el año pasado tuvimos oportunidad de dudar del cuadro macro que se previó para 2022 y, por tanto, de la posibilidad de que el Estado cuadrara las cuentas públicas en déficit y deuda. Sin embargo, a pesar de esas dudas, los objetivos en ese aspecto se han cumplido en gran medida, pero no porque la realidad finalmente se haya ajustado a las previsiones, sino, más bien, por todo lo contrario.

Nadie, salvo el Pentágono quizás, podía prever la guerra de Ucrania y los perniciosos efectos económicos que traería y que en España se han hecho recaer, casi por entero, en los ciudadanos, enriqueciendo al Estado. La inflación ha disparado los ingresos tributarios un 17 por ciento a pesar del que el crecimiento económico quedará, como poco, 2,6 puntos por debajo de la previsión oficial (7 por ciento). 

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