Defender a la renta variable europea se ha convertido en todo un reto en 2022. Solo en este año, hemos asistido a sucesos como la trágica guerra de Ucrania, una crisis del gas, la espiral inflacionista, la debilidad del euro y diversas convulsiones políticas. En este contexto de volatilidad, los intentos de resaltar la rentabilidad del mercado europeo han caído en saco roto.

Los mercados europeos, afectados por una combinación de tipos de interés más altos, la guerra de Ucrania y el creciente temor a la recesión, parecen históricamente baratos. Los datos de flujos -hacia donde se mueve el dinero y de qué segmento del mercado - están en su peor momento en seis años.