Criptobueno criptomalo

Criptosectas, academias de dudosa calidad y chiringuitos han florecido al calor del activo de moda: las criptodivisas. Distinga entre estafas e intermediarios serios a la hora de elegir un buen compañero de viaje para adentrarse en este universo

El hijo de Laura (nombre ficticio) fue captado por la criptosecta IM Academy en un parque madrileño, al salir del instituto, cuando solo tenía 17 años. Le prometieron un futuro de riqueza a cambio de una cuota mensual y fidelidad absoluta a los postulados de la organización. 

Desde entonces, ha dejado los estudios, se ha alejado de sus amigos y dedica todo su tiempo a escuchar podcasts de la secta desde que se levanta hasta que se acuesta, seducido por los cantos de sirena que escucha en esas grabaciones. «Se unió a ellos y, a partir de ahí, comenzó el infierno de nuestras vidas. Llegó a irse de casa para vivir con otros miembros de IM Academy siendo menor de edad. Le comieron el coco. Uno de los dirigentes, Andrew Morton, dice que si quieres tener éxito en este campo debes concentrar todos los esfuerzos en ello y no tener un plan B. Tienen que quemar todas las naves y es lo que mi hijo está haciendo», denuncia esta mujer.  

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