La nueva economía del desastre
El cambio climático impulsa una industria multimillonaria de reconstrucción que ya sostiene parte del crecimiento estadounidense

El huracán Helene dañó la mayoría de los edificios del River Arts District en Asheville, Carolina del Norte, en septiembre pasado.
Cuando el huracán Helene azotó los Apalaches el pasado septiembre, el oeste de Carolina del Norte (EE.UU.) quedó sumido en el caos. En Asheville, una ciudad de colinas verdes y aire artístico, un millar de carreteras quedaron intransitables y la electricidad desapareció durante días. Sin teléfono, sin gasolina y con los supermercados desabastecidos, los vecinos recurrieron a lo esencial: comunicarse, organizarse y resistir.
Entre ellos estaban Adam Charnack y su esposa, Mara Breindel, dueños de Hi-Wire Brewing, una cervecería artesanal situada en el River Arts District. El agua había inundado su almacén pastel, arrastrando más de un millón de latas y dejando el local cubierto de lodo tóxico. «Estábamos 99 % seguros de que no íbamos a volver aquí», recuerda Charnack. Lo que no imaginaba es que su reconstrucción formaría parte de una de las industrias de crecimiento más rápido de Estados Unidos: la de la recuperación y preparación ante desastres.