Los inversores carecen de incentivos financieros para perseguir objetivos sostenibles, lo que los expone a pérdidas ante cambios en la percepción del mercado, según un estudio realizado por académicos de la Universidad de Cambridge.

A pesar de los años dedicados a intentar que la inversión ambiental y social sea financieramente atractiva, aún no existen suficientes estructuras que incentiven a los bancos y gestores de activos a asignar capital de forma que, en última instancia, proteja el planeta y a sus habitantes, escribieron investigadores del Centro de Finanzas Sostenibles del Instituto de Liderazgo en Sostenibilidad (CISL) de la Universidad de Cambridge en un estudio publicado el martes.