Guerras, Trump y fatiga climática: Brasil se prepara para una COP30 difícil
La retirada de EEUU deja un vacío de poder, dando alas a los bloqueadores tradicionales, mientras los países esperan a ver si China asume un papel de liderazgo climático en la COP30

Clausura de la cumbre climática COP29.
Cuando los delegados climáticos llegaron al Centro de Conferencias Mundiales de Bonn el primer lunes tras el ataque de EEUU a los sitios nucleares de Irán, fueron recibidos por los altavoces con la canción "Que sera sera", de Doris Day. Lo que será, será. Una banda sonora que reflejaba bien el ánimo incluso de los negociadores más veteranos, conscientes de que, con menos de cinco meses para la cumbre climática de la ONU en Brasil (COP30), mantener el enfoque mundial en la lucha contra el cambio climático será una tarea titánica.
Donald Trump está retirando, por segunda vez, al mayor emisor histórico de gases de efecto invernadero del Acuerdo de París sobre el cambio climático. El mundo está atrapado en múltiples conflictos, desde la invasión rusa de Ucrania hasta el enfrentamiento entre Israel e Irán. El clima ha quedado relegado en las prioridades globales y la base multilateral sobre la que se construyó el acuerdo climático de París está resquebrajándose.