El canciller alemán, Friedrich Merz, ha oscilado entre alardear de sus puntos en común con Donald Trump, lamentar la volatilidad del presidente estadounidense e incluso burlarse de su bravuconería. Ahora, por primera vez, podrá hablar con él cara a cara.

Tras casi un mes en el cargo y semanas de negociaciones, el conservador de 69 años viajará a Washington para su reunión inaugural con Trump el jueves. Las reuniones anteriores entre los líderes de ambos países a menudo han sido meras formalidades para reforzar su inquebrantable alianza de posguerra: esta vez es diferente.