Ni con Boye como fiscal general

El rencor político hierve en Puigdemont. Las distintas facciones de su partido levantan acta notarial sobre el sadismo estratégico que distingue al hombre del que depende Sánchez

Manifestantes ondean un cartel con la imagen de Puigdemont durante una manifestación en Barcelona.

Beyoncé Carter, una de las mayores fortunas del mundo, hunde sus raíces en una banda de música pop llamada Destiny’s Child. «I’m a survivor» (soy una superviviente) es uno de sus mayores hits y sin el que no se entiende el éxito artístico y patrimonial de la cantante estadounidense.

Tras el 23J, Pedro Sánchez debería tararearlo. Con toda probabilidad, su cultura musical es menos limitada de lo que admitió en un podcast para veinteañeros y se sepa la letra. Él, que va suelto con el inglés, seguro que puede. Además, no es una creación enrevesada. Más bien al contrario; es facilona. Pero la soberbia impide a Sánchez asumir que sólo sobrevivió a las elecciones, aunque se empeñe en creer y luego en aparentar que las ganó. Así que por qué razón iba a entonar «I’m a survivor».

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