La tentación de los valores tecnológicos

EDITORIAL ● Las caídas no han terminado en el sector tecnológico, pero los inversores más atrevidos se plantean dar un paso adelante

Los valores tecnológicos caen de media un 30 por ciento este ejercicio. Unas pérdidas que un buen número de gestores pudieron evitar si hubiesen rotado su cartera cuando los primeros nubarrones se dejaron ver por el mercado.

Posiblemente confiaron en las palabras de los banqueros centrales, cuando en los Estados Unidos y en Europa minusvaloraban los riesgos de una incipiente inflación y repetían que todo era transitorio, que los precios volverían pronto a la normalidad y no sería necesaria una agresiva intervención por su parte. 

También es posible que se fiaran de la buena estrella de estos valores, de los muchos años en los que de manera consecutiva seguían dando alegrías en forma de elevadas rentabilidades.

El caso es que apuraron demasiado y cuando quisieron reaccionar ya era tarde, el tren de la rotación hacía tiempo que se había marchado. Si pensaban que estos valores superarían rápidamente ese mal momento, estaban equivocados.

Ahora, inversores institucionales y minoristas coinciden en que a las tecnológicas aún les queda un 10 por ciento de caída adicional, que lo peor ha pasado, pero los recortes no han terminado.

Se trata de un porcentaje de pérdidas insoportable para algunos, pero asumible para otros, para los más atrevidos, para los que el sueño de contar en cartera con valores como Apple, Amazon, Microsoft y Alphabet, con una rebaja del 30 por ciento en su precio, es una realidad. La tentación está ahí, pero los riesgos son muy elevados.

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