Donald Trump presentó su acuerdo comercial con el Reino Unido como un logro histórico y el primer paso en su revolucionario esfuerzo por transformar la economía global. Pero a medida que el presidente estadounidense comenzó a revelar los detalles del pacto, se hizo evidente que no alcanzaba el grado de "completo e integral" que había prometido, ni el pacto de libre comercio entre Estados Unidos y el Reino Unido que persiguió durante su primer mandato.

Trump esperaba que el anuncio, vinculado al 80 aniversario de la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial en Europa, reavivara la confianza en su agenda económica. Organizó cuidadosamente la ceremonia, publicando indicios en redes sociales e invitando al primer ministro británico, Keir Starmer, a marcar el teléfono del resolute desk para anunciar el acuerdo.