Los combustibles fósiles encallan la COP30 en el tiempo de descuento
Los países analizan cómo desbloquear la negociación climática en la COP30 mientras Brasil intenta salvar una hoja de ruta energética
Luiz Inácio Lula da Silva, durante la Cumbre de Líderes COP30 el 6 de noviembre.
¿Por qué importa?: La COP30 entra en su fase decisiva mientras los países intentan consensuar una hoja de ruta energética realista y financiable.
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Los miles de manifestantes que paralizaron el tráfico el sábado en la ciudad brasileña de Belém instaron a los líderes a actuar con mayor rapidez para combatir el calentamiento global. Mientras las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas entran en su crucial segunda semana, los próximos días determinarán si se atiende a este llamamiento.
Los ministros del ramo de los países participantes ya han llegado a la cumbre COP30. Deberán superar las diferencias en temas clave —cómo acelerar la reducción de emisiones, proporcionar financiación climática y facilitar el comercio— si quieren alcanzar un acuerdo antes del viernes.
La cumbre encara su semana decisiva con disputas abiertas sobre financiación, comercio y transición energética
Además, no está claro si los delegados podrán cumplir con la exigencia del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de una hoja de ruta para la transición hacia energías renovables.
Transición energética
«He tenido más conversaciones sobre la transición hacia energías renovables en esta COP que en ninguna otra, y ahora es el momento de que los ministros cumplan con el llamamiento del presidente Lula», declaró Jennifer Morgan, ex enviada especial de Alemania para el clima, en una entrevista. «Si existe suficiente impulso político, con el apoyo de suficientes países, encontrarán la manera de implementarlo».
La primera semana se caracterizó por un ambiente conciliador y un rápido acuerdo sobre la agenda. Los negociadores brasileños solicitaron a los países que presentaran sus propuestas sobre los resultados esperados de la COP30, a modo de «cartas de amor», mientras que las reuniones fueron calificadas como «sesiones de terapia». Sin embargo, mantener la calma será un reto a medida que se acerca la fecha límite y los ministros debaten sobre los textos.
Brasil, anfitrión de la COP30, deberá equilibrar cualquier plan para abandonar el petróleo, el gas y el carbón con otras demandas fundamentales. El grupo negociador de Países en Desarrollo con Ideas Afines —que incluye a Arabia Saudí y la India— presiona a las naciones desarrolladas para que hagan promesas más concretas sobre financiación climática, mientras que China busca un debate sobre las prácticas comerciales desleales.
Hoja de ruta
También existe una «resistencia significativa» a la idea de una hoja de ruta para los combustibles fósiles, declaró el viernes a la prensa el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago. Es probable que Brasil tenga que integrar los diversos elementos en una decisión final, lo que dará lugar a varias negociaciones nocturnas hasta la finalización prevista de la conferencia a las 18:00 horas del viernes.
Los negociadores de los países desarrollados, que solicitaron el anonimato, afirmaron que la oposición a una hoja de ruta podría ser demasiado fuerte como para incluirla en el resultado final, y que, en cambio, el trabajo se centraría en la creación de una coalición de países dispuestos a impulsar un proceso voluntario.
«Entramos en la fase política», declaró Liliam Chagas, jefa negociadora de Brasil, en una rueda de prensa. «Hay muchas opiniones sobre los temas en juego».
Hay pocas expectativas de que se presente un plan integral sobre combustibles fósiles para el viernes. Un compromiso para debatirlo durante el próximo año o más podría ser una posible solución. Los países deben realizar una nueva evaluación en 2028, que mostrará cuán lejos están del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5 grados y qué se necesita hacer para cerrar la brecha.
Financiación climática
En algunos sectores de la Zona Azul administrada por la ONU, donde se llevan a cabo las negociaciones, se espera que se pueda alcanzar un acuerdo sobre financiación para la adaptación. Un acuerdo de 2021 para duplicarla a unos 40.000 millones de dólares vence a finales de este año, y existe una presión para establecer un objetivo nuevo y más ambicioso para la próxima década. Esto podría generar mayor apoyo para la reducción del uso de combustibles fósiles.
En un evento celebrado el domingo, la ministra de medio ambiente de Brasil, Marina Silva, leyó un mensaje de Lula en el que anunciaba su visita a Belém el miércoles junto con el secretario general de la ONU, una intervención que podría ayudar a desbloquear cualquier estancamiento.
«No podemos postergar decisiones que se han debatido durante tantos años en negociaciones, como la transición justa y la adaptación», decía el mensaje. «Necesitamos hojas de ruta para que la humanidad, de manera justa y planificada, pueda superar su dependencia de los combustibles fósiles, detener y revertir la deforestación y movilizar recursos para estos objetivos».
Decisión final
Si bien la presidencia brasileña de la COP30 se mostró reacia a la idea de emitir una decisión marco, o un documento que resuma los resultados de la conferencia, ya se ha discutido la posibilidad de una decisión mutirão —término brasileño que significa esfuerzo colectivo— para integrar los diversos temas.
Un resumen de las negociaciones, publicado por la presidencia el domingo por la noche, reveló que el resultado se basará en el reconocimiento de los avances logrados en la década transcurrida desde el Acuerdo de París, el paso de la negociación a la implementación y la respuesta a la urgencia de la crisis climática.
Entre la multitud de opciones para acelerar la acción, el texto mantiene abierta la posibilidad de una hoja de ruta, aunque no la vincula explícitamente con la eliminación de los combustibles fósiles.
Al finalizar la primera semana, Corrêa do Lago enfatizó que la decisión sobre cómo proceder recae en las partes. «La próxima semana tendremos que trabajar con espíritu de colaboración, y lo decimos en serio», declaró a la prensa el sábado.
Sin embargo, una actitud positiva tiene sus límites cuando los países no están de acuerdo y el tiempo apremia.
«Ha sido útil darles ese margen de maniobra a las partes en muchos sentidos», afirmó David Waskow, director de la Iniciativa Internacional sobre el Clima del Instituto de Recursos Mundiales. «Pero continuar en esa línea —como flotando en el espacio durante demasiado tiempo— no sería, en mi opinión, útil para lograr un acuerdo al final».
Los resultados de la COP30, sean los que sean, se analizarán en Madrid el 27 de noviembre desde el Foro Social Investor. Las inscripciones gratuitas están abiertas.
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