Los mercados emergentes dejan de serlo: por qué Amundi anticipa una nueva ola de inversión global
La revisión de los índices de deuda y renta variable transformará el flujo de capitales hacia Asia y Europa, consolidando un mercado financiero más homogéneo

Bobinas de acero terminadas almacenadas en el complejo de producción del Grupo Hoa Phat en la Zona Económica de Dung Quat, provincia de Quang Ngai, Vietnam.
Ha tardado más de cuatro décadas, pero la peculiar etiqueta de mercados emergentes parece acercarse a su fin, al menos en el mundo de la inversión. Amundi, la mayor gestora de fondos de Europa, ha dado un golpe decisivo a una clasificación que desde hace años separa artificialmente a economías con niveles de desarrollo similares. Según la gestora, «las fronteras entre los mercados emergentes y los mercados desarrollados convergen cada vez más».
La distinción entre ambos grupos ha persistido más por inercia que por rigor. Corea del Sur, una de las potencias manufactureras más avanzadas del mundo, será incluida en el índice FTSE Russell World Government Bond en abril, mientras que varios países de Europa Central y Oriental siguen catalogados como emergentes pese a su pertenencia a la Unión Europea. Incluso Grecia, miembro del euro, no pasará a la categoría de mercado desarrollado hasta dentro de un año. En cambio, mantener en esa lista a China o la India se ha vuelto, sencillamente, absurdo.