Nvidia destinará hasta 100.000 millones de dólares a OpenAI como parte de la expansión de sus centros de datos, lo que podría traducirse en una participación del 2 % en la compañía. El ciclo continúa con la promesa de OpenAI de invertir 300.000 millones en computación en la nube de Oracle, que a su vez compra chips a Nvidia. Mientras tanto, Nvidia compromete 5.000 millones en Intel, y OpenAI formaliza una nueva estructura corporativa junto a su principal inversor, Microsoft.

Este entramado financiero ha entrelazado las fortunas de los grandes grupos tecnológicos de forma tan estrecha que algunos analistas ven señales de burbuja. Más allá del riesgo de exuberancia, lo que preocupa es la consolidación: el acceso al mercado se estrecha y las startups quedan fuera de juego.