La nuclear reclama un mix energético más equilibrado para España
Expertos del sector nuclear, la consultoría y la industria alertan de que cerrar las centrales sin alternativas firmes compromete la soberanía energética, la descarbonización y la competitividad

Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear.
El debate sobre el futuro del mix energético volvió al primer plano tras el apagón total que sufrió España el 28 de abril. El foro 'La energía nuclear, a debate', organizado por Economía Digital en Madrid (con la agenda cerrada desde semanas antes de la caída del sistema eléctrico), reunió a representantes del sector nuclear, la consultoría estratégica y la industria química para debatir sobre los retos que enfrenta el país en términos de soberanía energética.
Bajo el título Soberanía energética, autonomía estratégica y competitividad de la industria en España, intervinieron Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear; Laureano Álvarez, socio de Deloitte España; y Juan Antonio Labat, director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE); y fue moderado por Juan García, editor de Economía Digital y Social Investor.
La conclusión fue unánime: España necesita revisar de forma urgente su estrategia energética, y no puede permitirse prescindir de una fuente como la energía nuclear que, según defendieron, cumple con todos los requisitos clave para un sistema energético sólido: bajas emisiones, capacidad firme de generación, estabilidad en la red y competitividad de costes.
Los ponentes coincidieron en que el contexto geopolítico actual, marcado por la guerra en Ucrania y la crisis energética que generó en Europa, obligó a los países del entorno a replantear sus políticas energéticas.
Francia, Finlandia, Países Bajos e incluso Polonia optaron por extender la vida útil de sus centrales o construir nuevas, mientras que España se mantiene firme en su calendario de cierre, sin haber desplegado aún alternativas tecnológicas que aseguren el mismo nivel de fiabilidad y autonomía.
Araluce lamentó que España sea "el único en Europa que no apuesta por la nuclear" en un momento en que todos los indicadores apuntan a su necesidad. También señaló que la lucha contra el cambio climático fue el punto de partida del debate energético, y que, sin embargo, se está dejando de lado una fuente que no emite CO2 y que aporta estabilidad al sistema.
"Queremos autonomía energética, precios competitivos, emisiones reducidas y seguridad de suministro. Curiosamente, la energía nuclear cumple con todo eso", afirmó.
Álvarez, de Deloitte, subrayó que la invasión rusa de Ucrania ha alterado profundamente el orden energético internacional, obligando a revisar decisiones tomadas en otro contexto.
Cuestionó, además, que el cierre progresivo de las nucleares españolas siga teniendo sentido si las condiciones técnicas y de desarrollo de las renovables no han alcanzado todavía el nivel necesario para garantizar el suministro. "La realidad es que la nuclear es una tecnología madura, disponible, y con una generación constante de electricidad sin grandes emisiones", argumentó.
FEIQUE ofreció la visión de la industria química, que se enfrenta a un escenario de costes energéticos elevados y una creciente exposición a factores externos.
En particular, alertó sobre la situación en Cataluña, donde se concentra el 40% de la industria química nacional. "Se consume muchísima energía y la industria está alarmada. Las renovables no se han desarrollado al ritmo necesario y estamos empezando a depender cada vez más del exterior. Eso nos hace vulnerables", apuntó.
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