«Vuelvo al cuadrilátero». Fueron las primeras palabras que pronunció el empresario hispano-estadounidense Leopoldo Fernández Pujals, cuando en septiembre de 2004 se conocía su entrada en la operadora Jazztel.

Fernández Pujals era conocido por el éxito obtenido con Telepizza, empresa que fundó a finales de la década de los 80 con una inversión inicial que no llegaba a los 400.000 euros. En 1999 la vendía por 300 millones de euros, después de conseguir que Telepizza llegara a cotizar en el IBEX 35.

Cinco años después anunciaba su entrada en la operadora Jazztel, que en ese momento no atravesaba su mejor momento.

En esta ocasión, la inversión fue de 61 millones de euros, cantidad con la se que hizo con el 49 por ciento de la compañía. Rápidamente se hizo famoso con los anuncios televisivos en los que animaba a la gente a contratar esta operadora. «Pase a la acción, conéctese a Jazztel», fue su mensaje más conocido.

El mercado dudaba del éxito de esta operación, de los riesgos que corría Fernández Pujals para sacar a flote una empresa que estaba «dormida».

Muchos creían que para conseguirlo necesitaría un milagro aún mayor que el que hizo en Telepizza. Pero el mago de la bolsa estaba de vuelta, con un plan para resucitar a uno de los iconos del boom tecnológico español.

Los primeros síntomas de que iba en dirección correcta se vieron en la acción de Jazztel, cuyo precio se cuadriplicó desde la entrada de Fernández Pujals.

10 años después, el mago convertía en oro su apuesta. En 2014 vendía a Orange el 14,5 por ciento que mantenía en la empresa por 482 millones de euros.