Así son los planes de la Unión Europea para conquistar la tecnología verde

La Unión Europea presentó un ambicioso plan para asegurar la producción de tecnologías verdes que lleven a cabo la transición energética

La Unión Europea presentó un ambicioso plan para asegurar la producción de tecnologías verdes

La Unión Europea ha dado a conocer sus planes para que la economía de la zona no sea solo verde, sino también líder en la carrera mundial por producir las tecnologías limpias necesarias para llevar a cabo la transición energética.

Y en esta competición, las líneas de actuación son muy claras para la institución continental.

La histórica Ley de Industria Cero Emisiones promulgada desde Bruselas se centrará en fomentar la fabricación ecológica, mientras que una medida complementaria buscará garantizar un amplio suministro de las materias primas vitales para llevar a cabo esta transición energética.

Unas propuestas que, además de una forma de asegurar la competitividad europea, también son una respuesta a la creciente competencia de Estados Unidos y China.

Las medidas anunciadas por la Unión Europea, no obstante, también han suscitado preocupación entre algunos expertos, que apuntaron que estas pueden alimentar el proteccionismo, o incluso socavar la lucha contra el cambio climático.

Las tecnologías clave para la Unión Europea

La ley promovida por la Unión Europea pretende que el bloque produzca dentro de sus fronteras al menos el 40 por ciento de sus necesidades de tecnologías limpias para finales de la década.

En la búsqueda de este objetivo, el plan desvelado por la Comisión Europea se centra en ocho sectores clave que los funcionarios continentales consideran cruciales para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050, que son:

  • Energía solar fotovoltaica y térmica
  • Energía eólica terrestre y marina
  • Baterías y almacenamiento de las mismas
  • Bombas de calor y energía geotérmica
  • Electrolizadores y pilas de combustible
  • Biometano
  • Captura y almacenamiento de carbono
  • Tecnologías de red

La Unión Europea, y Alemania en particular, ya dominaron en su día la producción mundial de algunos de estos sectores, como el de los paneles solares, pero en la última década ha perdido terreno frente a China.

En la actualidad, el bloque solo fabrica alrededor del 10 por ciento de los paneles solares que instala, pero quiere ampliar masivamente la tecnología esta década, a medida que aumenten las tensiones con China.

Europa también quiere centrarse en sectores más incipientes. Por ello, incluyó sectores como el de las bombas de calor, que se dispararon el año pasado, durante la crisis energética exacerbada por la invasión rusa de Ucrania.

También ocurre así con los electrolizadores, que serán cruciales para producir el hidrógeno verde necesario para descarbonizar las industrias más ávidas de energía, como la siderúrgica.

El plan incluye el objetivo de inyectar 50 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono en almacenes geológicos de aquí a 2030. La captura y almacenamiento de carbono también se considera clave para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050.

La espinosa cuestión nuclear

Un aspecto destacable de esta lista de sectores clave de la Unión Europea es que falta la energía nuclear.

En el último año, la energía nuclear volvió a estar en el candelero como fuente de energía estable y libre de emisiones, aunque produce residuos radiactivos debido al envejecimiento de su parque de reactores.

Para disipar las inquietudes de Francia y otros países que dependen de la energía atómica, no obstante, la Comisión calificó las tecnologías nucleares avanzadas como tecnologías de emisión neta cero, en consonancia con las actuales normas ecológicas del bloque.

Esta denominación se reserva para la llamada tecnología de reactores de IV generación, actualmente en fase precomercial, y para las unidades modulares pequeñas. De acuerdo a la Unión Europea, por tanto, estas tecnologías también se verán respaldadas por las medidas propuestas el jueves, aunque en distinto grado.

Materias primas críticas

La Unión Europea quiere garantizar que al menos el 40 por ciento de las materias primas críticas que necesita se procesen en la región.

Y es que estas sustancias -a menudo metales- son vitales para la fabricación de productos que van desde las baterías a los paneles solares. El bloque también ha propuesto clasificar como tales materiales al cobre y al níquel.

Para las turbinas eólicas, la Unión Europea calcula que la demanda de metales de tierras raras se multiplicará hasta por seis esta década. La necesidad de litio, importante para los vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía, podría multiplicarse por 12 en el mismo periodo.

Algunos Estados miembros ya están tomando sus propias medidas para garantizar el suministro. Alemania ofrece garantías de préstamo a los comerciantes de materias primas para que compren metales y gas.

China es ahora el principal proveedor mundial de dos tercios de las materias primas críticas identificadas por la UE en 2020 y, en el caso del magnesio, es responsable de casi el 90% de la producción mundial.

La producción europea también se ha visto complicada por la volatilidad de los costes energéticos en la región. Y aunque este año se descubrió en el Ártico sueco el mayor yacimiento conocido de minerales de tierras raras de la región, pasarán entre 10 y 15 años antes de que pueda empezar la extracción.

La búsqueda de rivales y la importancia del hidrógeno

La Agencia Internacional de la Energía calcula que el mercado mundial de tecnologías limpias clave a gran escala tendrá un valor de 600.000 millones de euros anuales a finales de la década, y Europa quiere asegurarse su parte. 

La Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. -un paquete de subvenciones y medidas para reducir la burocracia- fue la principal motivación de la carrera de la UE por ponerse al día en esta carrera. Sin embargo, el bloque también tiene en el punto de mira a China, dado su dominio en muchos de los sectores que Europa quiere deslocalizar. 

Según los planes de la institución, las ofertas para obtener contratos públicos de países con más del 65 por ciento de cuota de mercado en la UE -donde el bloque considera que el suministro está «insuficientemente diversificado»- se rebajarán.

Uno de los objetivos más ambiciosos de la Unión Europea es aumentar rápidamente la incipiente producción del llamado hidrógeno verde a 10 millones de toneladas este año para descarbonizar la industria pesada. Para ello, la Comisión prevé crear un banco de hidrógeno de 3.000 millones de dólares que garantice la demanda a los proveedores.

Las primeras subastas piloto para producir hidrógeno renovable comenzarán en otoño. El ganador recibirá una prima fija por cada kilogramo del combustible que produzca durante un periodo de 10 años. La primera subasta tendrá un presupuesto de 800 millones de euros.

La reacción a las medidas

Hasta ahora, los grupos industriales han reaccionado de forma desigual a los planes de la Unión Europea.

Eurometaux, que representa a los productores de metales no ferrosos, calificó el componente de minerales de «cambio de paradigma para la política europea de materias primas, si se aplica rápidamente».

Business Europe, un grupo de presión más amplio, discrepó con el «limitado alcance» de la Ley de Industria Cero Emisiones, afirmando que podría ser un «obstáculo» para la transformación de la región en neutro cero. 

«La UE debe reconocer que la descarbonización de Europa es una cuestión prioritaria para toda la economía, las industrias y las empresas», declaró Markus Beyrer, director general del grupo. Beyrer acogió con satisfacción los esfuerzos para acelerar la expansión de la fabricación de energía limpia.

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