La ley ESG más dura hasta la fecha pone a la UE en rumbo de colisión con los EEUU

La eurodiputada responsable de la ley más dura sobre ESG confía en que los EEUU la aceptará. Yellen está preocupada por el alcance extraterritorial de la regla: por ahora, no hay acuerdo

La eurodiputada que intenta que Bruselas adopte una legislación más estricta sobre ESG confía en que los EEUU abrazarán el nuevo texto por una suerte de acto de responsabilidad global. Cree que, una vez los políticos estadounidenses dejen las discusiones que platean los lobistas, Washington suscribirá los planteamientos de la UE.

El escepticismo de EEUU hacia las leyes ESG, tal vez ,se haya «confundido un poco por las intrigas de los lobbies», dijo Lara Wolters, responsable de la Directiva de Diligencia Debida de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) del Parlamento europeo. Esta semana, trabajó para cerrar cualquier resquicio que las empresas puedan usar para saltarse la directiva.

«Lo que buscamos (con la directiva) es responsabilidad y seguramente el Gobierno de EEUU no apoya causar o contribuir a daños a los derechos humanos», dijo Wolters, eurodiputada holandesa con escaño en la Cámara desde 2019.

Los comentarios se producen aproximadamente un mes después de que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtiera sobre las «consecuencias negativas e imprevistas» derivadas de la CSDDD.

Si se aprueba, la directiva significa que las grandes empresas que venden productos y servicios en la UE, donde sea que tengan su sede, correrían el riesgo de demandas civiles por no abordar las violaciones de los derechos humanos y ambientales en sus cadenas de valor.

Choque de soberanía judicial

La CSDDD también requeriría que las empresas tengan planes de transición climática alineados con el Acuerdo de París. Yellen defendió en junio que la Administración Biden está «preocupada por el alcance extraterritorial de la directiva».

Hay apoyo para los objetivos de alto nivel de la CSDDD, pero algunos requisitos «donde no hay un nexo claro con la UE» son preocupantes, por lo que se están llevando a cabo negociaciones con Bruselas, dijo Yellen.

El plan de la UE para impulsar la CSDDD subraya la trayectoria dispar en la que se encuentra el bloque con respecto a los EEUU en los marcos ambientales, sociales y de gobernanza.

En los EEUU, los republicanos han tratado de prohibir la ESG en gran parte del país y están penalizando a las empresas que la adoptan.

En una audiencia el mes pasado, el representante estadounidense Frank Lucas, un republicano de Oklahoma, dijo que Europa no debería establecer estándares para las empresas estadounidenses y que los reguladores deben ser «diligentes» para «defender la soberanía estadounidense».

El Comité de Servicios Financieros de la Cámara está celebrando audiencias este mes, durante las cuales está previsto que surja el asunto.

Entre la legislación propuesta por el Partido Republicano se encuentra el requisito de que la Cámara de EEUU «realice un estudio sobre el impacto perjudicial» de la CSDDD y de los requisitos de la ESG.

Mientras tanto, en Europa, los legisladores y los reguladores están implementando el conjunto de reglas más completo del mundo, diseñado en última instancia para reinventar el capitalismo y dirigir el dinero hacia actividades más ecológicas y justas.

Gran parte de la legislación tiene un alcance global, ya que requiere el cumplimiento de los administradores de activos y de las empresas que se dirigen a los clientes de la UE.

Aunque está lejos de ser perfecta en la ejecución de la gran variedad de medidas que se están impulsando, la Unión Europea se ha movido mucho más rápido que otras jurisdicciones con sus ambiciones ESG.

Wolters dice que la CSDDD es necesaria porque no se puede confiar en que los mercados se autorregulen.

«Es nuestro trabajo como formuladores de políticas plantear medidas donde fallan las fuerzas del mercado», dijo. «Creo que el objetivo es absolutamente uno: y no es otro que el Gobierno de EEUU suscriba» la directiva.

La ESG escala en las prioridades empresariales

El enfoque regulatorio sobre los riesgos ESG en las cadenas de suministro ya está dando forma a las prioridades corporativas.

Una encuesta reciente realizada por Deloitte mostró que la ESG es ahora la segunda preocupación principal de los directores de adquisiciones. Recientemente, en 2021, ocupó el séptimo lugar.

Tal y como está redactada actualmente, la CSDDD requeriría controles de diligencia debida de ESG hacia arriba y hacia abajo en las cadenas de valor de las empresas o sus subsidiarias con ventas anuales en la UE a partir de 40 millones de euros.

La directiva también se dirige a la industria financiera. Un análisis publicado en junio por el Banco Central Europeo (BCE) encontró que los riesgos de litigio para los bancos «pueden aumentar sustancialmente» una vez que la CSDDD se haga realidad.

El BCE ha recomendado una introducción gradual de la directiva.

La CSDDD ya ha pasado por el Parlamento de la UE y los legisladores ahora están negociando su redacción final con el Consejo Europeo y la Comisión de la UE.

Wolters defiende que hay pocas probabilidades de que se reduzca el alcance transfronterizo de la directiva.

«Lo que estamos haciendo aquí es establecer cómo deben comportarse las empresas de cierto tamaño, de cierta facturación, en lo que respecta a los derechos humanos y al daño ambiental», dijo Wolters.

«Y en este caso, cuando hay una rotación significativa dentro de la UE, creo que es normal que establezcamos reglas».

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