El Reino Unido copia lo más polémico de la taxonomía de la Unión Europea

El gas va ganando enteros para convertirse -al menos por el momento- en una actividad sostenible de acuerdo con las taxonomías de las mayores economías europeas desarrolladas.

El Reino Unido, después de que la Comisión Europea lo propusiera hace unos meses, parece que está dispuesto a dar un paso semejante y convertir al gas en un actividad ‘verde’ en ciertos casos (un modelo muy en línea con el de Bruselas) cuando se trate de sustituir al carbón.

El posible movimiento, que no está confirmado oficialmente, ya ha generado el rechazo de entidades relacionadas con la lucha contra el cambio climático. CDP, por ejemplo, es una de las que se ha pronunciado en contra.

La no inclusión del gas no tendría que frenar las inversiones en nuevas instalaciones, según CDP

“Es preocupante escuchar informes de un segundo cambio de sentido en dos semanas por parte del gobierno del Reino Unido. Una taxonomía de alta calidad debe incluir métricas que estén alineadas con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1.5C, logrando cero neto para 2050 como mínimo. La inclusión del gas natural en la taxonomía del Reino Unido corre el riesgo de ir en contra de este objetivo central», señala CPD.

«La no inclusión del gas en la taxonomía del Reino Unido no detendría las inversiones en nuevas instalaciones de gas. Simplemente significaría que el Reino Unido no considera que las inversiones en esta infraestructura estén totalmente alineadas con sus objetivos de cero emisiones netas», reflexionan desde esta firma.

Otras taxonomías que se han ido aprobando en los últimos meses -como la de Colombia por ejemplo- no incluye el gas.

«Incluir el gas natural en la taxonomía pondría en riesgo la capacidad del gobierno para cumplir con sus propios objetivos ambiciosos de cero emisiones netas y obstaculizaría gravemente su compromiso de hacer del Reino Unido «el primer centro financiero de cero emisiones netas del mundo», añade CDP.

En consecuencia, insta al gobierno del Reino Unido a que revise su posición y cree un marco normativo que dé la seguridad a los inversores de que sus prácticas están alineadas con la ruta hacia las cero emisiones.