Por qué los bonos verdes no son la panacea

Andrés Sánchez Balcázar, director de deuda global de Pictet AM, critica que las empresas más contaminantes del planeta puedan emitir bonos verdes. Duración: 20 minutos

Los bonos verdes distan de ser el instrumento idóneo para invertir en renta fija desde una perspectiva responsable, a juicio de algunos expertos.  

Uno de ellos es Andrés Sánchez Balcázar, director de deuda global de Pictet AM, entrevistado en el último episodio del podcast de Social Investor, el portal ESG de finanzas.com

“Los bonos verdes tienen unos requerimientos que, a nuestro modo de ver, siguen siendo un poco laxos y permiten a los emisores destinar solo un porcentaje de la emisión a proyectos verdes”, dijo Sánchez Balcázar, durante la entrevista. 

Se trata de un posicionamiento que llama la atención para alguien que cogestiona un fondo llamado Pictet Climate Government Bonds (o Pictet Bonos Climáticos de Gobiernos, en español). 

Ve la entrevista completa o sigue leyendo

Capítulos:

  • 00:55 Más allá de los bonos verdes
  • 01:49 ¿Son responsables los bonos verdes? 
  • 03:23 Greenwashing con bonos verdes 
  • 04:43 Cómo medir la sostenibilidad de un soberano
  • 06:01 Francia y Alemania lideran los avances en sostenibilidad 
  • 07:12 Deforestación, la tarea pendiente de España 
  • 07:50 La deuda española, atractiva 
  • 09:30 Pros y contras de las exclusiones 
  • 11:09 Engagement, una herramienta con soberanos 
  • 14:22 El reto de batir al índice 
  • 15:54 China, la patata caliente 
  • 18:00 La normativa será más exigente

La normativa actual es «laxa»

Pero este gestor lo tiene claro: la normativa actual relativa a los bonos verdes permite casos de greenwashing. 

“Pensamos que, desafortunadamente, se ha utilizado en la industria la marca verde como significando de que estamos haciendo algo bueno cuando el emisor en su totalidad es lo que interesa”. 

Este experto pone el ejemplo del gigante de la industria cárnica brasileña JBS, una de las compañías más contaminantes del mundo, que ha sido demandada en los Estados Unidos por emitir un bono verde. 

Evaluar al emisor de deuda en su conjunto

Por eso, Sánchez Balcázar prefiere evaluar la política climática de un emisor en su totalidad a comprar un bono verde relativo a un proyecto concreto.  

«Lo que nos interesa son las emisiones de CO2 del emisor en su conjunto, más que si el bono es verde o no. Hay empresas que emiten bonos verdes pero sueltan cantidades cada vez más altas de CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, tienen un impacto negativo desde la perspectiva climática”, apunta. 

Como Sánchez Balcázar cogestiona un fondo de bonos soberanos, realiza una evaluación de las políticas climáticas de los países antes de decidir si su deuda entra en cartera, priorizando los estados que reducen las emisiones. 

Francia y Alemania, en cabeza

En cuanto a los países que avanzan en la lucha contra el cambio climático, este experto destaca que los europeos son los que han hecho el mayor esfuerzo, con Francia, Alemania y Reino Unido a la cabeza. 

Aunque también pueden encontrarse pequeños países emergentes que han dado pasos de gigante, como Uruguay o Costa Rica.  

Por su parte, Brasil también está en la cartera por su progreso en este tema, aunque de manera reducida por el lastre que supone la política de deforestación, “bastante negativa”, a juicio de este especialista. 

En el caso de España, también está invertido en su deuda, pues es «otro país que ha hecho grandes esfuerzos, tiene metas bastante ambiciosas de reducción de CO2” y ha realizado importantes aumentos de la eficiencia. 

Asimismo, en España se va a continuar realizando una inversión muy importante en energías renovables gracias a los fondos Next Generation de la UE.  

El problema de España: la deforestación

Aunque España también tiene cosas que mejorar, como la deforestación. 

“El único problema que vemos en España es que se puso unas metas para combatir la deforestación en 2002 que han sido muy difíciles de alcanzar», apunta Sánchez Balcázar. 

En cuanto a la rentabilidad, la otra cara de la moneda en un fondo de renta fija sostenible, la deuda española “es bastante atractiva”, a su modo de ver. 

«Muchas veces se pone a España en la misma cesta que Italia, injustamente. Italia para nosotros tiene una trayectoria–riesgo mucho más negativa. La deuda española, aunque vimos un incremento significativo después de la pandemia, sigue en niveles controlables gracias a una historia de cierto rigor fiscal en los últimos 20 años”, apunta. 

«Nos gustaría ver una tendencia estructural en el gasto fiscal un poco más controlada. Aunque entendemos que, en las circunstancias actuales, justo después de la pandemia, esto no sea posible. Pero a largo plazo sí, para continuar teniendo una deuda sostenible», añade. 

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