Las gestoras internacionales apuestan por los fondos de impacto y los especializados en emergentes para crecer

Schroders, Allianz GI, BNP Paribas WM, Aberdeen SI, BlueBay AM, Vontobel AM y Mainfirst avanzan a SOCIAL INVESTOR las áreas de expansión de su oferta ESG

La inclusión de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en la inversión es cada vez más transversal, aunque hay algunos enfoques y geografías específicos que todavía se resisten dentro de la oferta de fondos sostenibles.

La inversión de impacto positivo, los países emergentes y las ‘small caps’ ESG son algunas de esas áreas en que las firmas internacionales podrían ampliar su catálogo de fondos ESG en el futuro, marcado por los flujos hacia estos productos con una demanda creciente.

Los expertos de firmas internacionales como Schroders, Allianz GI, BNP Paribas WM, Aberdeen SI, BlueBay AM, Vontobel AM y Mainfirst avanzan a SOCIAL INVESTOR sus intenciones de ampliar su oferta ESG y detallan algunas de las áreas con mayor potencial.

Entre ellas, destaca la inversión de impacto. Esta es una de las áreas de crecimiento más interesantes en el ESG para Schroders (con 641.700 millones de euros bajo gestión), Allianz Global Investors (582.000 millones) y BNP Paribas WM (390.000 millones).

En el ámbito financiero la inversión de impacto se diferencia como aquella cuyo objetivo es crear un impacto social y ambiental positivo junto con un retorno financiero positivo.

La clave es la relación causal y medible entre la inversión y la consecución del objetivo marcado, que puede ser uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

«Este año estamos trabajando en ampliar nuestra gama de fondos de impacto», avanza Carla Bergareche, la directora general de Schroders para España y Portugal.

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Estas estrategias, además de buscar un retorno financiero, tratan de contribuir a las soluciones necesarias para resolver desafíos sociales o medioambientales, como el cambio climático, la inclusión, la salud y el bienestar, el consumo responsable y las infraestructuras sostenibles.

«El objetivo es crear oportunidades de inversión atractivas para nuestros clientes, por ejemplo, en áreas como el impacto social y la inversión alineada con el Acuerdo de París», explica el responsable de inversión sostenible e impacto de Allianz GI, Matt Christiansen.

De acuerdo al nuevo Reglamento de Divulgación, los fondos de impacto se engloban dentro del Artículo 9, como fondos con objetivo de inversión sostenible o ‘dark green’, explican desde SpainNAB, el Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto en España.

Al ampliar su oferta sostenible, BNP Paribas WM ha incluido fondos con impacto positivo, fondos cotizados y productos de ‘private equity’, según explica el responsable de ISR y de inversiones de impacto, Ángel Borrego.

«Nuestro objetivo es crecer en productos con impacto positivo», adelanta Borrego. El también director de inversiones de BNP Paribas WM considera que el mercado demanda soluciones de inversión «globales y con sesgo sostenible».

Más demanda de productos de impacto

La inversión de impacto es, previsiblemente, un área en la que «vamos a ver un fuerte un fuerte crecimiento», según Álvaro Antón Luna, el director general de Aberdeen Standard Investments para Iberia.

Para complementar su gama de productos sostenibles, Aberdeen SI (519.200 millones de euros bajo gestión) trabaja en «varias estrategias que buscan hacer frente al cambio climático invirtiendo en las oportunidades que surgen de la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono«, detalla.

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«La gran demanda de inversión de impacto ha generado una gran cantidad de productos con distintos enfoques y pensamos que esta tendencia continuará acelerándose», continúa Antón Luna.

Ante esta demanda gestoras como BlueBay AM (62.660 millones de euros bajo gestión) también planean aumentar su gama ESG.

«De cara al futuro, tenemos planeados varios lanzamientos de estrategias específicas de ESG a medida que buscamos expandir nuestra oferta de productos en este espacio», reconoce una portavoz de BlueBay.

Retos en los mercados emergentes

Por su parte, la boutique de inversión Mainfirst (5.000 millones de euros bajo gestión) cree que tanto un fondo ESG que invierta en Asia o en los mercados emergentes, como uno de inversión de impacto «encajarían perfectamente y serían muy atractivos» para incrementar su oferta sostenible.

Sin embargo, estos mercados presentan algunos retos.

Hasta ahora, la inversión sostenible está más implantada en los mercados desarrollados que en los emergentes. Es más difícil encontrar activos y productos sostenibles en países emergentes u otras zonas geográficas como Asia.

«La falta de datos corporativos de mercados emergentes va de la mano de la estructura de la renta fija. Los emisores más pequeños o las entidades de financiación pura no suelen poder satisfacer las exigencias de los inversores en cuanto a datos ESG«, detalla el responsable de gestión de carteras de Mainfirst, Patrick Vogel.

Los emisores más pequeños no suelen poder satisfacer las exigencias de los inversores en cuanto a datos ESG

Schroders comparte este diagnóstico. «La calidad de la información y la divulgación por parte de las empresas de los mercados emergentes a veces puede crear desafíos, pero es definitivamente posible aplicar criterios de sostenibilidad», asegura Bergareche.

«Es más importante aplicar los criterios de sostenibilidad a las empresas de los mercados emergentes que a las de los mercados desarrollados, dada la mayor ineficiencia de estos mercados y la necesidad de un mayor progreso», afirma Bergareche.

El ESG va de la mano de la gestión activa

No obstante, la directora general de Schroders para España y Portugal recuerda que esta tarea requiere la asignación de suficientes recursos de análisis, algo que, en su opinión, es más que necesario.

Y es que la inversión ESG en emergentes está en plena evolución. «Tiene que madurar más, pero la inversión sostenible se va a establecer en las economías emergentes», anticipa Elena Nieto, directora de ventas de Vontobel AM.

Vontobel duda del papel que juega la gestión pasiva en el ESG

En su opinión, para ello es imprescindible que ESG vaya de la mano de la gestión activa: «Evitar algunas manzanas podridas y seguir pasivamente un índice no contribuirá a resolver los problemas de sostenibilidad más acuciantes del mundo», enfatiza.

Para Nieto, los productos pasivos convierten la inversión en ESG en «un ejercicio de ‘el ordenador dice no’, por el que el dinero fluye hacia empresas que solo cumplen los criterios más rudimentarios de inclusión en el índice». A su juicio, los clientes ESG esperan mucho más de sus inversiones.

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