Las desinversiones en gas y petróleo se duplicarán en dos años

El 22% de los inversores prevé aplicar políticas de desinversión en gas y petróleo en dos años. Una proporción que duplica la actual y que se acerca al peso de las estrategias de engagement

¿Desinvertir o acompañar? A la espera de que se apruebe el texto definitivo sobre la inclusión del gas y la energía nuclear en el Reglamento de Taxonomía, los inversores institucionales parecen dispuestos a ser cada vez más proclives a borrar al sector de energía y gas de su cartera.

De acuerdo con la Encuesta Anual sobre el Clima de Robeco, que recoge las opiniones de 300 inversores institucionales mundiales, hasta un 22 por ciento de la muestra contempla aplicar estrategias de desinversión en el sector del gas y del petróleo en los próximos dos años.

Es una cifra que, si cuaja, supondría duplicar la proporción actual, de un 11 por ciento y acercarse de forma significativa a la representatividad de las estrategias de implicación (engagement).

En concreto, para la industria del gas y del petróleo esta última la contempla el 28 por ciento de los encuestados; una proporción, no obstante, muy similar a actual, donde la utilizarían el 26 por ciento de las firmas consultadas.

Este resultado, no obstante, podría ser matizado durante los próximos meses. Durante la presentación del informe, Lucian Peppelenbos, Estratega sobre el Clima de Robeco, reconoció que el sondeo se había realizado antes del ataque de Rusia a Ucrania; por lo que el resultado podría variar.

Desinversiones o ‘presión’ desde dentro

Para Peppelenbos, más que optar entre desinvertir o implicarse, la estrategia más útil en el caso del petróleo y el gas es utilizar ambas. «La desinversión debe convertirse en un arma de presión cuando las empresas no sean receptivas al engagement», señala.

No obstante, no todos los inversores comparten su opinión. A medida que crecen las firmas que asumen compromisos cero neto, la presión para descarbornizar la cartera aumenta y una de las alternativas para recortar rápidamente las emisiones es desinvertir de aquellas industrias más contaminantes. Y el crecimiento es alto.

De acuerdo con Robeco, casi la mitad de los inversores han adquirido el compromiso público de lograr cero emisiones netas en su cartera de inversión para 2050, o se encuentran en el camino para hacerlo.

Europa va notablemente por delante de Estados Unidos en esta carrera. «Solo el 11 por ciento de los inversores norteamericanos se han comprometido con la cero emisiones netas, por detrás de sus homólogos de Europa (40 por ciento) y Asia-Pacífico (31 por ciento)», recoge la gestora en un comunicado.

Las alianzas activistas, como ClimateAction100+, están más alineadas con el modelo mixto de presión que plantea Robeco, ya que creen que la forma de conseguir que las empresas se transformen es empujarlas desde dentro para que den el salto; y para ello, es necesario estar dentro de su accionariado.

Hasta la desinversión, existen varios grados de ‘castigo público’, que se pueden utilizar y que pasarían también por alternativas como votar en contra de la reelección de los consejeros responsables de la política climática, o incluso del informe de gestión de las empresas.

Un 14% de los inversores mantendrá la inversión en gas y petróleo mientras sea rentable

De hecho, la proporción de inversores institucionales que espera continuar manteniendo a petroleras y gasistas en cartera dentro de dos años es todavía elevado.

Un 14 por ciento reconoce que las conservará mientras continúen ofreciendo buenas rentabilidades, mientras que el 17 por ciento restante se decantará por las empresas del sector que cuenten con mejores calificaciones en sostenibilidad; es decir, por los best-in-class.

El carbón también está señalado

Las petroleras y las gasistas no son las únicas compañías que están creciendo en la lista de exclusiones de los institucionales. De acuerdo con Robeco, la inclinación a desinvertir de activos intensivos en carbono también aumenta entre las firmas encuestadas y la proporción aumentaría de manera similar, para pasar del 7-10 por ciento actual, al 20 por ciento en un plazo de cinco años.

Los datos muestran que la proporción será más elevada en el caso de los inversores que ligan su cartera a modelos sostenibles.

En concreto, en este grupo, aunque el salto será equivalente -pasará del 14 al 29 por ciento-, la proporción es nueve puntos superior al dato medio del conjunto de inversores.

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